La 125ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) vivió este martes un momento de reflexión y oración durante la misa celebrada en la segunda jornada del encuentro. El servicio religioso estuvo marcado por dos intenciones fundamentales: pedir por la paz en el mundo y rendir homenaje a los 90 años del cardenal Luis Villalba, quien presidió la Eucaristía.
En la homilía, monseñor Pedro Torres, obispo de Rafaela, destacó la vida y el testimonio del cardenal Villalba, a quien calificó como «Palabra viva» que «hoy agradecemos». Además, el prelado subrayó la importancia de reflexionar sobre su legado, invitando a los presentes a escuchar y valorar su sabiduría acumulada a lo largo de su vida. Acompañando al cardenal Villalba en la concelebración estuvo monseñor Jorge Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo.
El obispo Torres también dedicó un espacio importante de su mensaje a la paz, recordando que este don de Dios es, además, una tarea artesanal que exige el compromiso y el esfuerzo continuo de todos los pueblos. «La paz es un don, la paz es bienaventuranza, y es una tarea artesanal», afirmó, invitando a los obispos a profundizar en la reflexión sobre la paz como un desafío de todos los días.
Al finalizar la misa, monseñor Torres condujo a los presentes en una oración que el Papa Pablo VI rezó en 1970, un lamento por las guerras y los conflictos armados que siguen devastando al mundo. En esa oración, se imploraba por la paz, pidiendo perdón por las huellas de violencia dejadas por los conflictos pasados y por la producción de armas, que, según el texto, alimenta el sufrimiento y la división entre los pueblos.
«Señor, hoy estamos tan armados como no lo hemos estado en los siglos anteriores, y estamos tan cargados de instrumentos mortíferos que podemos, en un instante, prender fuego a la tierra y tal vez incluso destruir a la humanidad», dice uno de los fragmentos de la oración, en la que se lamenta también el renacimiento de ideologías destructivas como el fanatismo y el egoísmo.
«Señor, mira, sin embargo, nuestros esfuerzos insuficientes pero sinceros por la paz mundial», concluye la plegaria, que subraya las múltiples iniciativas en favor de la paz y la justicia, a pesar de las dolorosas realidades del presente.
La jornada, que se desarrolla en el marco de un proceso de reflexión electoral, fue un momento propicio para que los obispos se unieran en oración por el fin de los conflictos bélicos y por el bienestar de todas las naciones del mundo. Este acto litúrgico también permitió dar gracias por el testimonio de vida del cardenal Villalba, cuyo legado sigue vivo en la Iglesia argentina. AICA