El contundente triunfo de Juan Pablo Valdés en Corrientes abrió una nueva etapa en el reacomodamiento político nacional. Con el respaldo decisivo de su hermano, el gobernador Gustavo Valdés, la provincia se convirtió en el escenario donde Provincias Unidas —el espacio federal que integran cinco mandatarios y el exgobernador cordobés Juan Schiaretti— consolidó su primera victoria electoral.
La incorporación oficial del mandatario correntino al bloque se anunció en la previa de los comicios, en una jugada que buscó instalar la nueva marca política en la vidriera nacional. Aunque la boleta local llevó el nombre de Vamos Corrientes, el mensaje fue claro: los gobernadores del centro del mapa político avanzan hacia una construcción común con proyección presidencial.
“Somos una conjunción de partidos políticos y, a partir del domingo, tenemos que empezar a trabajar otra construcción, que son las Provincias Unidas. Estamos haciendo lo que no hace el Gobierno nacional: unirnos”, expresó Valdés en el cierre de campaña acompañado por los gobernadores Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) y Gustavo Zdero (Chaco), además de Schiaretti.
Tensiones con la Casa Rosada
El triunfo correntino se produjo tras la ruptura entre Valdés y el Gobierno nacional. Según el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el acuerdo electoral con La Libertad Avanza (LLA) se frustró porque el gobernador impulsó la candidatura de su hermano. “Hubo conversaciones, pero la designación del hermano del gobernador como candidato nos resultó no razonable”, dijo a Radio Rivadavia.
Desde el entorno de Valdés, sin embargo, rechazaron esa versión: “Querían quedarse con todo en las listas, sin anclaje territorial en la provincia. Eso era imposible de aceptar”. El resultado fue categórico: el candidato libertario Lisandro Almirón terminó cuarto.
Gobernadores en tensión
La escena electoral dejó en evidencia las contradicciones de algunos mandatarios. Zdero, aliado de LLA en Chaco, cruzó la frontera provincial para respaldar a Valdés en Corrientes. Algo similar ocurrió con Alfredo Cornejo (Mendoza), quien en su distrito mantiene acuerdos con los libertarios pero apareció en los festejos junto a dirigentes radicales.
Estos movimientos confirman que Provincias Unidas podría transformarse en 2026 en un canal de salida para los gobernadores que quieran marcar distancia de la Casa Rosada, siempre que logre consolidarse con buenos resultados en los próximos comicios provinciales.
El desafío electoral y las proyecciones
El nuevo espacio pondrá a prueba su estructura en Santa Fe, Jujuy, Chubut, Córdoba y Santa Cruz, además de las alianzas en Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires que orbitan en torno a Schiaretti. El exmandatario cordobés ya confirmó recorridas en el conurbano bonaerense para acompañar a candidatos locales y darle identidad a la marca.
En el plano de las proyecciones, dentro del espacio algunos dirigentes consideran posible negociar con el gobernador bonaerense Axel Kicillof y su sector, pero rechazan de plano la incorporación de Cristina Fernández de Kirchner y La Cámpora.
De cara al fin de año, cuando se reconfiguren los bloques parlamentarios, Provincias Unidas buscará ampliar su base con legisladores sueltos y el eventual apoyo de gobernadores como Marcelo Orrego (San Juan), Raúl Jalil (Catamarca) y Osvaldo Jaldo (Tucumán). El objetivo es conformar un bloque robusto con capacidad de negociación frente al Gobierno nacional.
El mapa político argentino comienza a reordenarse, y el triunfo de Valdés en Corrientes puede haber marcado el inicio de un nuevo polo de poder con proyección nacional hacia 2027.

