“Los dones y carismas son del amor de Dios para evangelizar y servir”, afirmó Mons. Martínez en la Expo Carismas


La Diócesis de Posadas celebró ayer, sábado 13 de septiembre, una nueva edición de la Expo Carismas, bajo el lema “Con alegría y esperanza, compartamos nuestros carismas”. El encuentro, de carácter libre y gratuito, se desarrolló desde las 16 en la Plazoleta del Papa, en la intersección de la Costanera y Roque Pérez, y reunió a movimientos, pastorales e instituciones educativas católicas que dieron a conocer su misión a través de stands, actividades culturales y números artísticos.

La jornada concluyó a las 19 con la Santa Misa presidida por monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas, quien en su mensaje destacó el sentido profundo de los carismas como dones de Dios puestos al servicio de la comunidad. En esa reflexión, resaltó además la Exaltación de la Cruz como “signo pleno de amor y salvación” y recordó que la Iglesia se mantiene viva desde hace dos mil años por la acción del Espíritu Santo.

Mons. Martínez señaló que estos dones “no nos pertenecen” y deben vivirse en comunión, al servicio del Pueblo de Dios, agradeciendo especialmente a la vida consagrada y a los movimientos que enriquecen la misión evangelizadora. También advirtió contra el individualismo y exhortó a que cada carisma tenga un rasgo “misionero y samaritano”, porque el mundo necesita del amor de Dios y los cristianos están llamados a ser instrumentos de ese amor.

 

Para comenzar con su reflexión, el obispo subrayó: “Celebramos este momento que es alimento de la vida cristiana, en un fin de semana especialísimamente Cristo-céntrico, donde recordamos la Exaltación de la Cruz, que es el signo pleno de amor y salvación”.

Mons. Martínez enfatizó que la cruz “es el momento más pleno de la vida de Jesús, en comunión con el dolor siendo inocente, y que se convierte en Pascua, en vida. Este es el misterio de Dios que va a contrapelo de lo que enseña el mundo, que suele ser triunfalista con el éxito mundano”.

Asimismo, recordó que la Iglesia permanece viva a lo largo de dos mil años “porque es divina, porque el Espíritu Santo la sostiene hasta el fin de los tiempos”, a la vez que reconoció su carácter humano, “con luces y sombras, pero siempre llamada a evangelizar”.

En esa línea, resaltó la diversidad de carismas que enriquecen a la Iglesia: “Los dones son de Dios, no nos pertenecen. No podemos apropiarnos de ellos, porque se nos dan gratuitamente para servir y para vivirlos en comunión. Si no hay comunión, se apaga el don”, advirtió.

Mons. Martínez hizo especial mención a la vida consagrada, cuya fiesta se celebra en torno al 8 de septiembre, agradeciendo la presencia de numerosas religiosas de la Congregación del Espíritu Santo y recordando la influencia de san Juan Pablo II en la promoción de los movimientos eclesiales.

También subrayó que la misión de la Iglesia requiere unidad: “Formamos un solo cuerpo, con diferentes miembros y funciones, todos necesarios. Ningún don es mejor que otro, todos son dones de Dios al servicio del Pueblo de Dios”, dijo, evocando el espíritu del Concilio Vaticano II y el llamado a la comunión entre obispos, sacerdotes, consagrados y laicos.

En su mensaje, llamó a no caer en el individualismo: “Hoy el mundo necesita y mucho de los dones de Dios porque hay violencia, egoísmo, el sálvese quien pueda. La Iglesia debe ser misionera y samaritana, que no dé vuelta la cara y acompañe al que más necesita”.

Finalmente, concluyó con un mensaje esperanzador: “Hoy cualquier carisma tiene que tener el rasgo de ser misionero y samaritano. Mirando la cruz nos sanamos, porque Él es el que nos ama y el mundo necesita del amor de Dios. Para eso estamos nosotros, llamados a ser instrumentos”.

Todas las fotos de la Expo Carismas 2025 se pueden ver en Instagram y Facebook de Radio Tupambaé. No se pierda ningún detalle del evento.