Hoy concluyó el período inicial que todos los gobiernos tienen para poner en marcha sus gestiones. El presidente Milei ejecutó un ajuste ortodoxo sin precedentes en la historia, confiando en una pronta recuperación. Sin embargo, la política ya ha frenado sus medidas en dos ocasiones. ¿Hasta cuándo aguantará la clase media?
A lo largo de estos tres meses y medio, Milei ha implementado un plan de ajuste ultra ortodoxo, devaluando la moneda, frenando la emisión, desregulando la economía y reduciendo la estructura del Estado, entre otras medidas. Sin embargo, sus propuestas de reformas políticas y sociales han sido rechazadas por el Congreso, lo que ha demostrado un límite entre la economía y la política.
A pesar de mantener un apoyo popular del 45% al 55%, Milei no ha logrado traducir este respaldo en avances normativos que consoliden las reformas necesarias para la Argentina. Este enfrentamiento se enmarca en lo que los libertarios llaman «la batalla cultural», una disputa ideológica que incluye el repudio al gasto público, los ideologismos de género y la política social.
En el Congreso, los bloques opositores liderados por el kirchnerismo han mostrado su poder de fuego al rechazar las propuestas del presidente. Esta situación ha dejado expuestos los nuevos cuadrantes ideológicos en la política argentina, con Milei y sus aliados por un lado, y el kirchnerismo y sus aliados por el otro.
Mientras tanto, Milei confía en que las medidas económicas que propone, como la apertura del cepo y la libre elección de moneda, impulsen un despegue económico para el país. Ante el ajuste doloroso, la esperanza persiste en una salida positiva para la Argentina. Con información de Infobae

