La licencia en psicología Cintia Beyer pasó por los estudios de Radio TupaMbaé en horas de la mañana del día viernes. En el programa “Lo que faltaba” en una nota con Beatriz Piñeyro, nos contaba acerca de la importancia de la fe en la vida del ser humano. Sobre esto nos decía que “la fe es una necesidad real y una demanda social”.
También haciendo énfasis sobre el “cristo-centrismo, poner a Dios como nuestro alfa y omega; es decir, el amor a un Dios vivo que está presente en nuestras vidas”. Resalta que además de estar presente en su iglesia, en las labores comunitarias que realiza; Cristo está presente en cada uno de nosotros, y la importancia de buscar a Dios en el otro. En relación a esto nos dice que el mapa para encontrarnos a Jesús cuando él no esté presente físicamente, son los niños, las personas que buscan consuelo, las personas que pasan necesidad.
Adentrándose al plano de la psicología, nos comentaba que el subconsciente se encuentra en nuestro lenguaje; “la forma de expresarnos determina muchas veces cuales son nuestros deseo inconscientes, nuestras intencionalidades”. En el caso de las emociones se ubican en la corteza pre-frontal del cerebro en el sistema límbico, donde las glándulas hipotálamo e hipófisis son las encargadas de segregar las hormonas que producen las emociones. “las situaciones angustiantes y enfermedades autoinmunes, se producen por un exceso de cortisol, lo que genera síntomas de estrés y agotamiento que terminan trasladándose a nuestro cuerpo por neurotransmisores y receptores”.
“Hay una preocupación constante, una ansiedad constante, hay una angustia sobre qué va pasar, que se refleja mucho en el consultorio. Las personas comienzan a tener insomnio, a no poder dormir, las preocupaciones del día a día genera un estado de impotencia, que se traslada al cuerpo: ulceras, acides, dolores en cintura, en espalda”. Sin embargo menciona que estas mismas hormonas que pueden enfermarnos también pueden curarnos.
“El aparato anímico está relacionado o la parte psicológica y a la fe. Muchas veces nuestro encuentro espiritual es quebrantado por situaciones emocionales, que son factores distractores normales, porque somos humanos. Sin embargo la fé abre el campo de la sinapsis, y puede llegar a generar cambios radicales, tanto en nuestro sistema nervios como en el cuerpo completo”. Comentaba Cintia. Destacó que la meditación y la oración son herramientas importantes para poder relajar todo el cuerpo del estrés diario, esto ayuda a generar serotonina y oxitocina (la hormona del amor) para que nuestra mente y cuerpo puedan descansar.
Es importante crear un orden en nuestro pensamiento, incluir nuestras emociones y darle lugar a la fe. Nos recomendaba “debemos aprender que no podemos todo solos, ser seres humanos implica que no somos infinitos, y a veces no poderlo todo está bien; y también es necesario a veces, que nuestros hijos vean que no podemos con todo. Si no, se pone una vara muy alta, que quizás hoy no la vemos porque podemos con todo, pero está siendo nuestro accionar el ejemplo que crea esa expectativa”.
El estado de negación, decir “no pasa nada, estoy bien” no es bueno, las cosas hay que hablarlas en los momentos y con las personas correctas. Los adultos tienden a explotar lo de nuestras casas en el trabajo, y lo del trabajo en nuestras casas; debemos aprender a disociar. Debemos entender que debemos darnos un tiempo cuando lo necesitamos. La gente depende tanto de nosotros, por estas expectativas, que queremos cumplir con todos, pero no lo estamos haciendo con nosotros mismos. Acá radica la importancia de dignificarse, somos capaces de sanar y somos capaces de sanar por nuestra fe, señalo la licenciada.
El estado de vulnerabilidad de las personas no debe ser permanente, uno no puede creerse victima constantemente, debemos aprender a sanar.