El Papa León XIV realizó esta mañana una visita privada al Santuario de Nuestra Señora de las Gracias de Mentorella, ubicado en la diócesis de Palestrina, a poco más de 30 kilómetros de Castel Gandolfo, residencia estival pontificia. La jornada marcó la conclusión de su segundo período de descanso veraniego antes de regresar al Vaticano.
El santuario, situado en el pintoresco pueblo de Guadagnolo, a unos 50 km de Roma, se encuentra en la colina de Mentorella, rodeado de las Montañas Prenestinas y con vistas al valle de Giovenzano. Durante su visita, León XIV rezó y recorrió las instalaciones, y se reunió con los padres resurreccionistas polacos encargados del cuidado del lugar.
Un lugar querido por Juan Pablo II
Mentorella ocupa un lugar especial en la historia reciente de la Iglesia, siendo uno de los lugares favoritos de Juan Pablo II. El pontífice polaco lo visitó por primera vez fuera de Roma el 28 de octubre de 1978, apenas 13 días después de su elección, para encomendar su ministerio petrino a María. Durante su pontificado regresó en ocho ocasiones, aunque solo la primera visita tuvo carácter oficial.
«Quería venir aquí, a estas montañas, a cantar el ‘Magnificat’, siguiendo los pasos de María», afirmó Juan Pablo II en su discurso, considerando la oración como la tarea primordial del Sucesor de Pedro. Los padres resurreccionistas conservan hasta hoy la pequeña habitación donde el Papa descansaba tras sus caminatas por los alrededores.
La Congregación de los Religiosos de la Resurrección, fundada en el siglo XIX para acompañar a los exiliados y refugiados polacos, estableció su centro espiritual en este santuario, que continúa siendo un lugar de recogimiento y encuentro con Dios en plena naturaleza.