León XIV inaugura en Castel Gandolfo la primera Misa por el Cuidado de la Creación: «La crisis ecológica exige una mirada contemplativa»


En un gesto profundamente simbólico y espiritual, el papa León XIV presidió este miércoles la primera Misa por el Cuidado de la Creación, un nuevo formulario litúrgico del Misal Romano. La celebración tuvo lugar en la Villa Laudato Si’, ubicada en la residencia papal de Castel Gandolfo, y marcó un hito en el compromiso de la Iglesia con la causa ecológica.

La eucaristía fue concelebrada por el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y contó con la presencia del personal del centro educativo ecológico que funciona en la villa.

En el inicio de su homilía, el Santo Padre improvisó unas palabras al destacar la belleza natural del entorno, describiendo el lugar como una “catedral natural”. Señaló que la disposición del lugar, con un altar al frente y una pila de agua cercana, evoca las antiguas iglesias cristianas, donde la pila bautismal junto a la entrada recordaba la purificación del creyente por medio del agua.

Durante su reflexión, el Papa lamentó los crecientes desastres naturales que afectan al mundo, muchos de ellos originados “al menos en parte, por los excesos humanos y nuestro estilo de vida”. En ese sentido, exhortó a una conversión ecológica tanto dentro como fuera de la Iglesia, subrayando la urgencia de cuidar “nuestra casa común”.

Ya retomando el texto preparado, León XIV contrapuso la serenidad de la Villa Laudato Si’ al calentamiento global y los conflictos armados que aquejan al planeta. “Sin embargo, en el corazón del Jubileo confesamos: ¡hay esperanza! La hemos encontrado en Jesús, el Salvador del mundo. Él, soberanamente, sigue calmando la tormenta”, afirmó.

Inspirándose en los evangelios, el pontífice recordó cómo Jesús, al calmar el mar embravecido, demostró un poder que restaura la vida y vence el caos. Esta imagen, señaló, debe impulsar a los cristianos a ser artesanos de paz y reconciliación, restaurando la armonía perdida entre Dios, el ser humano y la creación.

“El clamor de la tierra y de los pobres ha llegado al corazón de Dios. Nuestra indignación es Su indignación; nuestra obra es Su obra”, proclamó el Papa, reiterando que la Iglesia tiene la misión de ser voz profética en el mundo, denunciando el mal, promoviendo la justicia y construyendo comunión.

Recordando a San Francisco de Asís, León XIV subrayó la necesidad de recuperar una “mirada contemplativa” sobre la creación, como vía para superar la crisis ecológica, consecuencia –dijo– de la ruptura de las relaciones con Dios, con el prójimo y con la tierra.

Finalmente, el Santo Padre destacó el propósito de la Villa Laudato Si’ como un “laboratorio de armonía” con la creación, tal como lo soñó el papa Francisco. Concluyó su mensaje con una cita de San Agustín, invitando a los cristianos a alabar a Dios a través del cuidado de sus obras: “Oh Señor, tus obras te alaban para que te amemos, y nosotros te amamos para que tus obras te alaben”.

Con esta misa, León XIV da un nuevo impulso al compromiso de la Iglesia con la ecología integral, integrando oración, contemplación y acción concreta por el cuidado del planeta.