León XIV destacó a la familia como un don y una tarea en el Jubileo del Celam


El Papa León XIV afirmó que la familia es “un don y una tarea” y alentó a las comunidades a seguir el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret, presentada como “modelo perfecto” que Dios ofrece para sostener a los hogares en medio de sus dificultades. Sus palabras tuvieron lugar este viernes en el Vaticano, durante el Encuentro Jubilar organizado por el Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (Celam) sobre el futuro de la familia.

Al iniciar su discurso, el Pontífice propuso tres palabras para la reflexión –“jubileo, esperanza y familia”– retomando una enseñanza del papa Francisco. Recordó que, en el Antiguo Testamento, el jubileo implicaba un retorno a la justicia y la misericordia de Dios, y subrayó que hoy significa poner a Jesucristo “en el centro de nuestra vida”, como fuente de verdadera alegría.

“En cada hijo, en cada esposo o esposa, Dios nos confía a su Hijo, a su Madre –como lo hizo con San José– para que, junto con ellos, seamos el fundamento, la levadura y el testimonio del amor de Dios entre los hombres”, señaló.

El Papa evocó también la fe transmitida de generación en generación: la oración perseverante de las abuelas, la vida sencilla y honesta de tantas familias que, “como levadura”, sostuvieron comunidades enteras. En esa línea, describió el Jubileo de la Esperanza como un camino para encontrar la verdad que es Dios mismo, advirtiendo sobre la tentación de edificar la vida sobre “certezas humanas y expectativas mundanas”.

Desafíos actuales de la familia

León XIV expresó preocupación por las amenazas que hoy afectan la dignidad de las familias, entre ellas la pobreza, el desempleo, la falta de acceso a la salud, la migración forzada, el abuso de los más vulnerables y los conflictos armados. Frente a estos desafíos, sostuvo que tanto las instituciones públicas como la Iglesia tienen la responsabilidad de “promover el diálogo y fortalecer los elementos de la sociedad que favorecen la vida familiar y la educación de sus miembros”.

En ese marco, instó a fomentar la corresponsabilidad y la participación activa de las familias en la vida social, política y cultural, reconociendo su “valiosa contribución a la comunidad”.

El ejemplo de Nazaret

Finalmente, el Santo Padre invitó a imitar a la Sagrada Familia a través del trabajo, la oración y el apoyo mutuo, de modo que cada hogar pueda convertirse en “una antorcha viviente de la luz de Dios”.

“Al imitarla –concluyó–, Dios realizará en los demás el plan de amor que ha preparado para ellos”.