Las secuelas del fracaso de la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados todavía se notan en la política argentina. La consecuencia directa fue el recrudecimiento de las tensiones entre el Presidente Javier Milei y los gobernadores, que ya venían mal encaminadas por la disputa por los fondos coparticipables y los aportes discrecionales.
El clímax de las rispideces se dio con el pedido de renuncia a los funcionarios que respondían a los gobernadores de Córdoba, Martín Llaryora, y de Salta, Gustavo Sáenz. Así perdieron su lugar en el gabinete Osvaldo Giordano (ANSES) y Flavia Royón (Minería), pero también se tomó la decisión de eliminar el Fondo Compensador para el Interior, que afectó de manera directa a los susidios al transporte en el interior del país.
Antes, el Presidente había tildado de “traidores” a los mandatarios provinciales, al igual que a los diputados que votaron en contra de la Ley Ómnibus. La beligerancia de Milei encontró respuesta en los gobernadores, que en su mayoría redoblaron la apuesta, aunque alguno dejó abierta la puerta al diálogo.
“El país que está construyendo Milei es unitario”, afirmó el titular del bloque Hacemos Unidos por Córdoba en la Legislatura, Miguel Siciliano. “Córdoba no se arrodilló nunca frente al poder central, no va a permitir que se aumenten las retenciones al campo”, agregó en declaraciones radiales.
En la misma línea, Siciliano planteó que el país “no va a salir a las trompadas, amenazas, castigando gobernadores, haciendo listas negras” al tiempo que aclaró que “siempre estamos dispuestos a sentarnos y buscar diálogo pese al trato que nos den, no hay Córdoba sin Argentina, como no hay Argentina sin las provincias”. Y sentenció: “La Argentina no necesita más grieta, gobernar no es hacerlo con todos los que te dicen que sí”.
Días atrás, Llaryora manifestó que dará continuidad a beneficios en el transporte de pasajeros tras la quita del subsidio la las tarifas que recibían las provincias por parte del Gobierno nacional, y calificó como “arbitraria” a la decisión. “No es tiempo de responder agravios ni insultos, es tiempo de diálogo y consensos”, advirtió en la red social X.
Otro mandatario que dejó abierta la chance de recomponer la relación con Nación fue Alberto Weretilneck (Río Negro). “Me sentaría en una mesa si convoca el Presidente porque el diálogo tiene que ser una prioridad de cualquier demócrata y cualquier gobernante. El rompimiento de relación entre una jurisdicción provincial y nación es la última herramienta”, expresó.
En declaraciones del fin de semana a Radio Seis de Bariloche, Weretilneck aclaró: “El presidente mandó una Ley y fuimos los gobernadores los que le dimos sentido a la discusión. Ahora, si la manera es esta, tratándonos de delincuentes y extorsionadores es muy difícil tener un ánimo para dialogar”.
En las últimas horas, vicegobernadores de todo el país firmaron un comunicado en el que señalan que “desde el Gobierno central se siguen promoviendo políticas e instrumentando medidas que en dos meses han empeorado una situación que era muy complicada, y que precisaba mesura, conocimientos, experiencia, responsabilidad y una gran empatía con los argentinos”. Y remarcaron: “Le pedimos al presidente Milei que deje de tener de rehenes a los argentinos en sus batallas políticas”.
Firmaron el documento los vicegobernadores Verónica Magario (Buenos Aires), Rubén Dusso (Catamarca), Teresita Madera (La Rioja), Alicia Mayoral (La Pampa), Carlos Silva Neder (Santiago del Estero), Antonio Marocco (Salta), Pedro Pesatti (Río Negro), Eber Solís (Formosa), Lucas Romero Spinelli (Misiones) y Alberto Bernis (Jujuy).