La yerba mate desciende a zona de riesgo después de siete meses de aumento


En un giro significativo, el precio de la yerba mate ha descendido, colocándose en una posición de vulnerabilidad tras mantenerse al alza durante siete meses consecutivos. Este cambio marca un hito en su trayectoria reciente, abandonando la posición destacada que ocupaba para ceder terreno a sectores como la producción porcina y de maní.

La caída en el precio de la hoja verde se ha visto reflejada en indicadores económicos, siendo uno de los más notorios su ubicación por debajo del ritmo inflacionario. Este fenómeno coincide con un periodo de desregulación por parte del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), lo que ha generado un escenario de disputa entre los productores en busca de condiciones equitativas.

El informe técnico emitido por la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (CONINAGRO), conocido como el Semáforo de Economías Regionales, ha señalado con preocupación esta situación al marcar un color amarillo para el sector de la yerba mate. Durante el año anterior, este mismo informe destacaba a la yerba mate como la única economía regional argentina con luz verde en el semáforo de CONINAGRO, lo que subraya la magnitud del cambio experimentado.

La devaluación ocurrida a finales del año pasado ha tenido un impacto considerable en los precios relativos, afectando especialmente el costo de producción de la yerba mate, cuyo valor no ha logrado mantener el ritmo inflacionario. Antes de este fenómeno, el precio de la yerba rondaba los 60 centavos de dólar oficial, mientras que en la actualidad se sitúa en torno a los 0,25 centavos, evidenciando una brecha difícil de superar sin la intervención del INYM.

En cuanto al consumo, el cierre del año 2023 registró cifras récord en las ventas de yerba mate elaborada, alcanzando un total de 325.121.576 kilos. A pesar de los desafíos climáticos y económicos, el sector logró mantenerse firme, experimentando un incremento del 3,49% en las ventas durante el último año.

Sin embargo, las perspectivas futuras se ven ensombrecidas por un panorama de exportaciones estancadas y un consumo interno incierto, lo que plantea desafíos adicionales para el mercado de la yerba mate en los próximos meses.