“La soledad es el peor enemigo del envejecimiento saludable”, advierte el gerontólogo José Jáuregui


El presidente de la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría explicó los nuevos enfoques médicos que promueven la autonomía y el bienestar en mayores de 60 años. Por qué la ortogeriatría se consolida como la tendencia mundial en el cuidado de los adultos mayores.

En un mundo que envejece a ritmo acelerado, los expertos coinciden en que el paradigma de la atención médica debe transformarse. Ya no alcanza con tratar enfermedades: la clave está en prevenirlas y en promover una longevidad saludable.

“El modelo reactivo actual es insostenible. Invertir en prevención es más barato y efectivo que tratar enfermedades avanzadas”, advirtió Deus Bazira, especialista en salud pública global de la Universidad de Georgetown, en diálogo con Infobae.

En ese contexto, el médico gerontólogo argentino José Ricardo Jáuregui, presidente de la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría y referente global en envejecimiento saludable, analizó las tendencias más innovadoras tras participar en los principales congresos mundiales de la especialidad, realizados en Reikiavik (Islandia) y Lisboa (Portugal).

“La longevidad no depende solo de la genética, sino de cuatro pilares fundamentales: la salud, la educación continua, la integración social y la seguridad económica”, sostuvo el experto.

La soledad, un factor de riesgo silencioso

Según Jáuregui, el primer gran desafío para el envejecimiento saludable es combatir la soledad, un fenómeno cada vez más frecuente y peligroso.

La soledad es el peor enemigo del envejecimiento saludable”, afirmó el especialista.

El aislamiento social, explicó, tiene efectos negativos comprobados en la recuperación y calidad de vida de las personas mayores. Diversos estudios demostraron que las estrategias de sociabilización activa reducen el riesgo de patologías físicas y mentales en este grupo etario.

“Se está dando cada vez más importancia a cómo generar estrategias para evitar la soledad, porque innumerables patologías pueden prevenirse o mejorar con buenas prácticas de socialización”, agregó Jáuregui.

Tecnología al servicio del bienestar

El segundo pilar que destaca el experto es la tecnología, hoy aliada clave en la detección temprana de riesgos y en la inclusión de los mayores.

“Están apareciendo herramientas de apoyo, desde softwares que detectan signos de depresión hasta robots de compañía que acompañan y generan bienestar emocional”, explicó.

Para Jáuregui, estos avances no están reservados solo a personas con discapacidades o enfermedades crónicas: “La tecnología puede mejorar la calidad de vida de cualquier persona con dificultades funcionales y fortalecer su sensación de bienestar”.

Ortogeriatría: una tendencia global en crecimiento

El tercer gran eje es la ortogeriatría, una disciplina que integra la experiencia de geriatras, traumatólogos, endocrinólogos y otros especialistas para abordar de manera conjunta las fracturas en adultos mayores, especialmente las de cadera.

“La ortogeriatría surge de la unión entre ortopedia y geriatría. Es una subespecialidad en expansión que ha demostrado resultados superiores en la recuperación y la calidad de vida de los pacientes”, señaló Jáuregui.

Los equipos multidisciplinarios, explicó, logran reducir la mortalidad, mejorar la rehabilitación funcional y prevenir nuevas fracturas. Países como Australia, Canadá y varios europeos ya incorporaron protocolos oficiales para estos tratamientos.

Modelos de atención y resultados

La ortogeriatría se aplica mediante dos modelos principales:

  1. Servicio de enlace o coordinación, donde el geriatra evalúa al paciente dentro de las primeras 72 horas de internación ortopédica y realiza un seguimiento integral.
  2. Unidades de fractura de cadera, en las que ortopedistas y geriatras trabajan de manera conjunta desde la admisión hasta la rehabilitación.

Ambos esquemas demostraron beneficios concretos: menor tiempo de hospitalización, recuperación más rápida, disminución de complicaciones postoperatorias y mejor nutrición y funcionalidad, incluso en mayores de 80 años.

“La adecuada nutrición es clave para recuperar músculo y hueso. No se trata solo de operar bien: hay que acompañar al paciente antes y después, con un abordaje integral”, enfatizó el médico.

Prevenir caídas: una prioridad

Otro aspecto central es la prevención de caídas, vinculada tanto al estado muscular como a factores externos, como el tipo de calzado.

“El zapato debe sujetar bien el pie, tener suela de goma, contener el talón y un taco ancho que favorezca la estabilidad”, recomendó Jáuregui. “Si hay problemas en los pies, es fundamental tratarlos: hoy existen muchas soluciones que ayudan a evitar futuras caídas.”

Un llamado a la acción

El movimiento internacional por la ortogeriatría se consolidó tras el 6º Congreso de la Red de Fracturas por Fragilidad (FFN), que en 2018 publicó un “Llamado Global a la Acción” respaldado por 81 asociaciones médicas. El documento propuso cuatro pilares para el cuidado de los mayores: atención multidisciplinaria, rehabilitación prolongada, prevención secundaria y políticas públicas específicas.

“Cada año que pasa, el mundo envejece un poco más. Por eso debemos actuar ahora: prevenir, integrar y cuidar. Solo así podremos hablar realmente de envejecimiento saludable”, concluyó Jáuregui.

Fuente: Infobae