“La sepultura cristiana del niño por nacer hallado en un contenedor marca un hito en dignidad”, afirma el Dr. González


Este lunes, el Dr. Ramón González y Julio Bakanchuk visitaron los estudios de Radio Tupa Mbae para tratar el caso de un feto de 22 a 24 semanas encontrado en un contenedor de basura en la intersección de las calles Bosetti y Gobernador Bermúdez, en la capital provincial, el 14 de agosto. A raíz de un pedido del Obispado de Posadas, se solicitó la entrega de los restos mortales del niño por nacer con el fin de otorgarle una sepultura cristiana, honrando así la dignidad que todo ser humano tiene como criatura hecha a imagen y semejanza de Dios.

Antes de la sepultura, el hallazgo, que conmocionó a la comunidad, fue objeto de una investigación por parte de la Comisaría Seccional Primera y la Policía Científica, quienes realizaron un análisis de ADN. El cuerpo fue trasladado a la morgue judicial por orden del juez Juan Manuel Monte, quien también dispuso la realización de la autopsia correspondiente. Posteriormente, los restos fueron entregados al Obispado de Posadas. El Dr. Juan Ramón González, quien subrayó la importancia de otorgar dignidad a la vida desde su concepción, participó en la ceremonia de sepultura que tuvo lugar el 17 de agosto en el Cementerio Tierra de Paz. La bebé, “bautizada como María Itatí”, recibió cristiana sepultura en el espacio destinado a bebés no nacidos, conocido como “Bebés Estrella”, en un acto que resalta el respeto y la dignidad hacia toda vida humana, tal como enfatizó el Dr. González.

 

Un testimonio de dignidad y esperanza en la sepultura de niños no nacidos

El Dr. González explicó que el hallazgo del feto en el contenedor de residuos generó una respuesta inmediata por parte de la Iglesia local. Monseñor Juan Rubén Martínez, al conocer la situación, intervino para asegurar un trato especial en este caso, en lugar de seguir el procedimiento habitual para los cuerpos encontrados. El 17 de agosto, el Dr. González, acompañado por el padre José Luis y un grupo de amigos, llevó a cabo una emotiva ceremonia de sepultura para la bebé, quien fue “bautizada como María Itatí” en honor a la Virgen de Itatí.

Este evento, celebrado en el Cementerio Tierra de Paz, un espacio dedicado a la inhumación de bebés no nacidos que fue inaugurado hace seis años, marcó un avance significativo en la provincia al proporcionar un lugar de descanso y respeto para estos pequeños. El Dr. González destacó la importancia de este cementerio, que ofrece un servicio gratuito a quienes enfrentan la pérdida de un bebé, y mencionó: “El sábado 17 de agosto, a las 8 de la mañana, nos reunimos en este cementerio que es una novedad para Misiones y para el país, ya que mucha gente no sabe que este servicio es gratuito.”

La ceremonia reflejó no solo la sensibilidad social hacia el tratamiento de los restos de bebés no nacidos, sino también un avance en la legislación y el respeto por la vida, incluso en sus etapas más tempranas. La parcela, ahora con cinco nuevas secciones, simboliza empatía y consideración por cada vida desde su concepción.

Además, el Dr. González destacó un cambio crucial en la legislación local: “Hace un año, nuestra Cámara de Representantes aprobó una ley que transformó el término ‘residuo patológico’ en ‘hijo’, dándole valor a la vida desde su concepción. Este cambio legislativo es un avance significativo y una demostración de que el respeto por la vida y la dignidad humana puede prevalecer en el ámbito legal.”

Hasta antes de esta ley, los restos de bebés no nacidos eran tratados como residuos patológicos, lo que generaba gran dolor y angustia entre los familiares que desconocían el destino de sus hijos. “Ver el sufrimiento de las mujeres que no sabían qué había pasado con sus hijos me motivó a trabajar en este proyecto. No se puede tratar como basura”, afirmó González.

El testimonio del Dr. González también subraya la trascendencia de este proyecto para la comunidad local. La parcela en Tierra de Paz ha recibido reconocimiento y premios a nivel provincial y nacional, y ha sido objeto de interés en conferencias sobre cementerios privados en Argentina. La iniciativa busca ser replicada en otras regiones del país, promoviendo un tratamiento digno para todos los bebés no nacidos.

La oración como consuelo

Julio Bakanchuk, por su parte, compartió cómo la oración se convierte en un acto de consuelo para las familias y un medio de acompañamiento espiritual para estos pequeños. “Siempre se realiza la indulgencia para cada persona, y en este caso, para los bebés que descansan en esta parcela”, explicó. Este acto, según Bakanchuk, permite cerrar un círculo de dolor y otorgar paz a las familias.

En cuanto al proceso de acompañamiento, González enfatizó la importancia de brindar consuelo a los padres y ofrecer un espacio donde puedan recordar y honrar a sus hijos. “El nombre y la identidad son fundamentales para cerrar el ciclo del duelo. Este proyecto no solo proporciona un lugar de descanso, sino también un espacio para el recuerdo y la oración”, subrayó.

El Dr. Ramón González y Julio Bakanchuk

Este relato deja una huella en la comunidad y plantea la necesidad de que todos los municipios cuenten con un espacio similar, donde se respete la dignidad de la vida desde su concepción, ofreciendo consuelo a quienes enfrentan una de las pérdidas más dolorosas que puede sufrir un ser humano.

 

El valor de la esperanza: La transformadora historia de Paula y el poder de la indulgencia

El Dr. Juan González, en una segunda parte de la entrevista en La Creíble FM 105.9, recordó la conmovedora historia sobre Paula, una mujer que atravesó un doloroso proceso de pérdida y que redescubrió la esperanza a través de la fe y la indulgencia.

Paula, una mujer admirable, enfrentó una tragedia personal cuando perdió a tres de sus bebés debido a una enfermedad genética que le impedía tener más hijos. Su diagnóstico, devastador, la llevó a una profunda crisis emocional. En medio de este sufrimiento, el Dr. González le sugirió que se dirigiera a un psicólogo, quien, a su vez, le recomendó al médico que Paula necesitaba una ayuda especial.

El Dr. González relató que, sorprendentemente, decidió llevar a Paula y a otras 50 madres al cementerio en el Día de la Madre para pedir indulgencia por sus hijos fallecidos. Aunque inicialmente fue una idea inesperada, el acto resultó ser profundamente significativo. La ceremonia en el cementerio, que incluía oraciones y momentos de reflexión, permitió a Paula y a las demás madres encontrar consuelo y empezar a sanar.

El médico le aconsejó a Paula que, para sanar, debía visitar un lugar especial llamado Tierra de Paz, donde ella y su esposo se dirigieron. Allí, Paula y su marido rezaron por sus hijos, y el Dr. González les aseguró que esa oración y el acto de fe serían de gran ayuda.

Tres meses después de esta experiencia, Paula quedó embarazada nuevamente y, al año siguiente, dio a luz a un bebé saludable. La transformación fue asombrosa; lo que había comenzado como una profunda tristeza se convirtió en una celebración de vida y esperanza.

En el contexto de la ley reciente que aborda el tratamiento de los bebés fallecidos, el Dr. González aplaudió la nueva normativa que exige una despedida digna y el respeto a los tiempos de duelo. Esta ley representa un cambio significativo en la forma en que se manejan estos casos, proporcionando un espacio para que las familias puedan despedirse de sus seres queridos con el respeto y la dignidad que merecen.

La historia de Paula, junto con la experiencia del Dr. González en el acompañamiento a quienes sufren, ejemplifica cómo la integración de fe, misericordia y políticas innovadoras puede proporcionar una perspectiva renovada y un apoyo crucial a quienes enfrentan el dolor de la pérdida.