La Iglesia Diocesana de Posadas recibe con gozo a tres nuevos jóvenes sacerdotes


En la noche de ayer, viernes 1 de diciembre, en la Iglesia Catedral San José de la ciudad de Posadas Monseñor Juan Rubén Martínez, Obispo de la Diócesis homónima, ordenó como sacerdotes diocesanos a Bruno Diego Arce, César David Báez y Leonardo Cuenca.

La celebración inició unos minutos antes de las 19.00 h, con la lectura de los decretos de ordenación y destinos de los futuros sacerdotes por parte del Canciller Pbro. Jorge Luis Benchaski. Acompañaron con gran alegría toda la ceremonia sacerdotes, diáconos, religiosas, seminaristas, las familias de los nóveles presbíteros y el Pueblo de Dios en general.

Los lemas de ordenación fueron «Tu bondad y tu gracia me acompañan» Sal 23,6 de Bruno; «Tengan entre ustedes los mismos sentimientos de Cristo Jesús» Flp 2,5 de César y «Venga a nosotros tu Reino» Mt 6,10 de Leonardo.

Finalizada la proclamación de la Palabra, Mons.  Sebastián Gastón Escalante, Vicario General y Rector del Seminario Diocesano, pidió al Obispo, en nombre de la Iglesia, la Ordenación de los tres diáconos.

En la homilía, el Obispo Juan Rubén Martínez, comenzó agradeciendo a los jóvenes que respondieron al llamado del Señor con generosidad y a sus familias: “Expresamos un agradecimiento muy grande de parte de toda la Iglesia Diocesana al sí de ustedes, porque sabemos que Dios obra, pero siempre requiere de nuestro sí y por ello es que nos pregunta, como lo hizo con Pedro (retomando la lectura del Evangelio proclamado), ´¿me quieres?… Tú sabes que sí´…”. Destacó que era una noche muy especial y que el corazón de cada uno de los presentes y de la Iglesia toda estaba lleno de gozo por contar con tres nuevos pastores.

 

 

El Obispo de Posadas continuó con unas recomendaciones claves para los jóvenes, en primer lugar, que tengan siempre presente que deben identificarse con Jesús “porque Cristo es el Sacerdote en realidad y en nuestra vida se replica su sacerdocio. La identificación con Cristo es para todos los bautizados, pero especialmente para los sacerdotes, para que podamos obrar de acuerdo a Él…”. En segundo lugar y para poder lograr esa identificación real Monseñor Martínez recuperó la importancia de tener momentos de oración “para estar con Él, para poder amasar con Él nuestras necesidades. Necesitamos estos momentos de oración, porque en ese amasarnos también nos evaluamos si estamos obrando de acuerdo a Él, porque no tenemos que buscar nuestro propio interés y con Él podemos cotejar nuestra misión…”.

Finalmente, y como último consejo retomó lo que destaca el evangelista Lucas y es la mirada de Jesús, por ejemplo la forma en la que el Señor miró la ofrenda de la viuda humilde, “…tenemos que mirar como Él miró y discernir como Jesús discierne. La mirada de Jesús es una mirada que necesitamos, porque sino la tenemos comenzamos a mirar como el mundo y desde el mundo. Sólo teniendo la mirada y el discernimiento de Jesús evangelizamos el mundo…”