Esta mañana, en una emotiva entrevista en Radio Tupa Mbae, la Hermana Andrea Villar, de la Congregación Misionera de las Siervas del Espíritu Santo – SSpS, compartió detalles sobre la misa de envío que tuvo lugar ayer en el Oasis del Espíritu Santo. Este evento marcó el inicio de su misión en Filipinas, donde permanecerá durante dos años.
En su intervención en La Creíble FM 105.9, la Hna. Andrea detalló su vocación desde temprana edad, sus experiencias en Paraguay y Buenos Aires, y expresó su entusiasmo por esta nueva etapa. Destacó su deseo de dejarse sorprender por la experiencia transcultural y la oportunidad de aprender inglés en el continente asiático.
La Hna. Andrea comentó que su objetivo al partir es sumergirse en una experiencia transcultural y perfeccionar su inglés. Describió su nueva misión como un “desafío y una oportunidad” que le permitirá dejarse sorprender por nuevas vivencias. La misa de envío contó con la presencia de un padre oriundo de Filipinas, subrayando así la conexión global de la misión.
En sus palabras, la Hna. Andrea explicó cómo su vocación religiosa surgió desde muy temprana edad. “Desde pequeña, sentí el llamado por el Señor en tres ocasiones. La primera vez, siendo tan joven, no entendía bien el llamado, pero mis tías, misioneras siervas del Espíritu Santo, eran un gran ejemplo para mí”, recordó. “Cuando tenía alrededor de cinco años, sentí un fuerte llamado que me llevó a decidir seguir este camino durante mi adolescencia.”
La Hermana Andrea compartió que su camino hacia la vida religiosa no fue sencillo. A pesar del apoyo de sus tías y su interés temprano, enfrentó la resistencia inicial de su madre, quien se mostró preocupada por la distancia y el compromiso que implicaba el llamado.
“El momento decisivo llegó cuando hablé con la Hermana Gladis por Skype, quien me animó a contactar a las hermanas de Paraguay. Fue un paso importante y, después de una profunda reflexión y diálogo con mis padres, tomé la decisión de entrar a la vida religiosa”, explicó. Su formación incluyó el postulantado en Garupá y el noviciado en San Lorenzo, Paraguay, donde vivió la interculturalidad con Hermanas de Bolivia, Paraguay y Misiones.
La Hermana Andrea también recordó su tiempo en Alvear, Corrientes, donde vivió una de sus experiencias más gratificantes en la misión pastoral. “Trabajamos en áreas rurales, llevando catequesis y apoyo a comunidades que no tenían acceso regular a la misa”, comentó. Luego continuó su formación en Buenos Aires, donde estudió teología durante la pandemia, un desafío adicional que superó con éxito.
La elección de Filipinas como destino para su próxima misión surgió como una oportunidad para su crecimiento personal y aprender inglés, una habilidad crucial para su labor misionera. “Mi viaje comienza este miércoles, con escalas en San Pablo, Doha y finalmente Manila. Estoy emocionada por lo que me espera”, dijo la Hermana Andrea.
Finalmente, la Hermana Andrea expresó su entusiasmo y disposición para enfrentarse a las sorpresas que le deparará esta nueva etapa. “Prefiero no tener muchas expectativas para dejarme sorprender por lo que Dios tiene preparado para mí”, concluyó.