La detección temprana del cáncer de mama, aumenta un 98% la probabilidad de vida del paciente


En comunicación con Radio TupaMbaé, la Dra. Marcela Kober, Oncóloga Clínica y Jefe de Servicio de Oncología del Instituto Misionero del Cáncer del Hospital Madariaga de Posadas, habló sobre el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama que se conmemora este 19 de octubre y que tiene por objetivo concienciar a la población sobre la importancia de la detección temprana.

La detección temprana, el diagnóstico adecuado y el tratamiento oportuno son clave

para que las mujeres con cáncer de mama obtengan mejores resultados de salud.

En primer lugar, Marcela Kober, Jefe de Servicio de Oncología del Instituto Misionero del Cáncer del Hospital Madariaga de Posadas, se refirió a la cantidad de casos detectados en los últimos años. “La verdad es que el cáncer de mama es el cáncer más frecuente, el más común tanto a nivel mundial como en Argentina y en Misiones, según nuestro registro institucional en el Hospital Madariaga”.

“El año pasado, en base a nuestros datos, tuvimos aproximadamente 200 nuevos casos de cáncer de mama en el transcurso del año. Y este año, las cifras se van manteniendo. Para tener noción de los casos: 15 mujeres por mes aproximadamente son las que presentan diagnósticos recientes de cáncer de mama”, agregó.

Al mismo tiempo la doctora comentó: “El cáncer de mama también es responsable de muertes y está dentro de los cinco primeros cánceres en Argentina como responsable de fallecimientos, a causa de esta enfermedad. Esto es muy importante de recalcar porque el cáncer de mama, si se detecta de forma temprana, tiene una sobrevida muy alta”.

Es decir que “las pacientes que tienen un diagnóstico de cáncer de mama, cuando el tumor está solo en la mama, las probabilidades de que esa paciente esté viva a los cinco años, son del 98%”.

En cambio, explicó que “esto va disminuyendo según si hay compromiso fuera de la mama. Por ejemplo, cuando el tumor se extiende hacia los ganglios de la axila, esas probabilidades de estar arriba a los cinco años, ya bajan a un 86% y bajan aún más, cuando se detecta de forma avanzada, cuando hay metástasis en otro sitio del cuerpo”.

En este sentido mencionó que “no solo la prevención secundaria con la mamografía, que en Argentina está recomendada y que tenemos dos escuelas, una es la del Instituto Nacional del Cáncer, que recomienda que todas las mujeres con más de 50 años comiencen a realizarse una mamografía de forma anual o cada dos años. Y la otra es la Sociedad Argentina de Mastología, que recomienda que a partir de los 35 nos hagamos una mamografía denominada Basal, que se trata de una mamografía que es para tener noción de si no hay nada más que controlar a corto plazo”.

“Y si esa mamografía es normal, a los 35 años, recién se inicia el test de screening a los 40 que es la prevención secundaria”, remarcó.

En esta misma línea amplió: “A partir de allí, el chequeo que se realizan, debería ser de forma anual porque la edad de tope es discutible e individualizada con cada médico de cabecera. Por eso recomendamos no solo la prevención secundaria, sino también la prevención primaria”.

Respecto de la prevención primaria, especificó que “en algunos cánceres como el de cuello uterino, podemos hablar de vacunas, sin embargo, acá no tenemos la opción de una vacuna que pueda prevenir este tipo de cáncer antes de que se forme. Pero podemos actuar sobre otros factores, llamados factores de riesgo, como por ejemplo la obesidad que es el cálculo en base a la estatura y al peso de cada uno”.

“Porque cuando existen valores de sobrepeso o de obesidad, que es algo cada vez es más frecuente por el tipo de alimentación y el estilo de vida que tenemos en la población occidental más que nada, es un factor totalmente prevenible. Y se recomienda que la alimentación sea saludable, con frutas, verduras y sea una alimentación más balanceada, además de que hay que evitar el sedentarismo y hacer actividad física”, sugirió.

“Está demostrado científicamente que estos factores que son modificables y que son prevenibles, son responsables del 21% de las muertes de cáncer de mama. Entonces creo que tenemos que hacer mucho hincapié, además de las mamografías, en que podemos modificar de antemano esto, para poder prevenir la enfermedad”, añadió.

Acerca de los casos de cáncer de mama que están en aumento en los últimos años, la oncóloga clínica, declaró que “en realidad este tipo de cáncer, es uno de los cánceres más frecuentes y es de los que más se conoce en cuanto a lo que es la biología tumoral”.

Con respecto a los factores de riesgo, acentuó en que “también el consumo del alcohol, el tabaco y a veces los antecedentes familiares pueden contribuir a que exista mayor o menor riesgo de tener un cáncer de mama. Sin embargo, conociendo todo esto, en el 50% de las pacientes que tienen un diagnóstico de cáncer de mama, uno no llega a identificar exactamente qué fue lo que causó en sí el cáncer, más allá del sexo y la edad también”.

Dra. Marcela Kober, Jefe Servicio Oncología del Instituto Misionero del Cáncer del Hospital Madariaga de Posadas. Miembro de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC) y del Grupo Argentino de Sarcomas Partes Blandas (GASPAR).

Por otra parte, la Dra. Marcela Kober, informó que “cualquier tipo de anticonceptivo hormonal, inclusive los que tienen progestágenos, que a veces uno escucha en pasillos que son los anticonceptivos más suaves, también tienen hasta un 20% de riesgo de predisponer al cáncer de mama. Porque cuanto más tiempo de uso se le dé, se asocia a más riesgo para una mujer y no solo a cáncer de mama sino también a cáncer de ovario.

“Así como evitar el sedentarismo y hacer actividad física nos ayuda a reducir un 40% las probabilidades de tener un cáncer de mama y que eso es sumamente importante, la lactancia materna, también es un factor protector, ya que el tener hijos es un factor y está demostrado científicamente que reduce hasta un 30% de tener cáncer de mama”, precisó.

Sobre las formas de prevención detalló: “Por medio del autoexamen que, si bien científicamente no está demostrado que reduzca la mortalidad por cáncer de mama, es algo que claramente todos lo tenemos accesible. Se trata solo palparse las mamas, al momento de bañarse como por ejemplo. También de mirarse las mamas al espejo, con los brazos al costado y con las manos detrás de la nuca”.

“Y cuando nos palpamos tenemos que ver y buscar asimetría en las mamas, que una mama sea más voluminosa que la otra o que haya cambiado de tamaño, o tenga áreas que estén más rojas o con las venas resaltadas”.

Luego expresó que “tenemos que tener en cuenta si el pezón está hundido o si la piel de una parte de la mama o de una mama está como una piel de color naranja. O que salga líquido por el pezón, un líquido tipo leche o algo transparente; hasta sangre inclusive. Y hay que ver si al palparse, hay algún nódulo tanto en la mama como en la axila, debajo del brazo”.

En este sentido aseguró que “todos estos son signos de alarma en el autoexamen y la auto palpación que está totalmente al alcance de la mano”.

Asimismo invitó “a todas las mujeres sin importar la edad a que se hagan las mamografía”, diciendo que “la edad de prevención, sería entre los 40 y 50 años en Argentina” y que en Misiones, “tenemos la posibilidad de, a través de la aplicación de Alegra Med, poder solicitar directamente el turno para la mamografía sin una derivación médica”.

“En el caso de que sean pacientes jóvenes -menores de 40 años- muchas veces lo que sugieren las médicas es que se le insta a buscar en varias imágenes complementando ese estudio con una ecografía de la mama. Esto, por lo general, hasta cuando se realiza la mamografía, se le agrega después, una ecografía que sirve para visualizar mejor la mama en las mujeres jóvenes”, reveló.

Por último, la Oncóloga Clínica y Jefe Servicio Oncología del Instituto Misionero del Cáncer, del Hospital Madariaga de Posadas, Marcela Kober, se refirió a la posibilidad de que los varones tengan cáncer de mama. “El examen y la auto palpación, es igual en el hombre como en la mujer”.

“Por ahí en el hombre, la facilidad es que al no ser tan voluminosas las mamas, en general, la glándula mamaria es más fácil detectar un bulto, un nódulo, o sea un tumorcito; algo que se sienta que es distinto en la consistencia y que cuando uno lo toca en general es duro y no es blando como el tejido normal de la mama”.

De esta forma concluyó diciendo que “cuando los ganglios están enfermos por un cáncer de mamá, también se sienten como pelotitas duras debajo de las axilas o a veces en el cuello también”.