El Gobierno, tras el fracaso inicial del proyecto, ha replanteado su estrategia hacia una postura más abierta al diálogo con la oposición. Con la segunda vuelta en el Congreso en el horizonte, se intensifican los movimientos políticos.
Este cambio de enfoque refleja el desafío inminente que enfrenta el gobierno de Milei: una segunda ronda de debate sobre la Ley Ómnibus, después de su retirada debido a objeciones. En esta fase, la estrategia se transforma radicalmente: del rechazo absoluto a una apertura hacia el diálogo con la oposición más conciliadora.
En pos de asegurar respaldos, se están llevando a cabo ajustes en la ley, buscando consenso en la Cámara de Diputados y anticipándose al escrutinio del Senado. Las negociaciones se extienden a diversos bloques, incluyendo la Unión Cívica Radical.
Aunque se consideran ajustes en la propuesta de reforma laboral de la Unión Cívica Radical, hay puntos no negociables, como el piso de Ganancias. El Gobierno se mantiene firme en este aspecto, sin ceder ante las demandas de los gobernadores patagónicos.
En este contexto, el ministro del Interior redobla su agenda, reuniéndose con referentes de la oposición y gobernadores, buscando acuerdos y evitando un revés similar al de la primera versión del proyecto.
Los recientes encuentros con gobernadores de la región Centro y otras figuras clave ponen de manifiesto la determinación del Gobierno de asegurar un respaldo sólido en el Congreso para la Ley Ómnibus. Con el tiempo acuciando y las conversaciones avanzando en el ámbito legislativo, la incertidumbre persiste sobre el momento exacto de la votación. TN