La tradicional Misa Popular de las Misiones que año tras año se realiza en San Igancio Miní, se trasladó anoche por motivos de inclemencias del tiempo, a la Catedral San José de Posadas. La Santa Eucaristía, fue presidida Monseñor Juan Rubén Martínez, quien manifestó que “esta semana queremos vivirla acompañando a Jesús».
En primer lugar, Monseñor Martínez expresó que «No le fue fácil a Él y celebramos la cercanía y el amor de Dios, Él quiso hacerse uno de nosotros. No es fácil entenderlo a Dios, parece que Él siempre obra al revés, cuando todos tenían una expectativa del Mesías y pensaban que Él iba a venir de una manera imponente, vino haciéndose pequeño y en un costado, no nació en Roma o Jerusalén, sino al costado”, explicó.
“El reino que Él predicaba era el reino del revés, no todos los podían entender. Sólo los pequeños pueden entender el Reino que Él anuncia, lo decía en su palabra: `Bienaventurados los pobres de espíritu, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos´; solo los pequeños entienden, los soberbios no”, añadió.
Asimismo, manifestó que en esta semana “celebramos el amor de Dios, que dio su vida por nosotros. Celebramos la Sangre y el Cuerpo del Señor, celebrando así sacramentalmente en esta Misa. Él lo hizo en la mesa del Señor, anticipando con el pan y el vino lo que le iba a pasar después, dando su propio cuerpo y sangre, amando y enseñando que amar es dar la vida. Es por eso que la caridad es un componente esencial de los cristianos, no se puede entender nuestra espiritualidad sino está ligada a la caridad y al amor”.
Para finalizar, sostuvo que “la caridad es la gran respuesta para evangelizar, pero también para humanizar nuestra cultura y tiempo. Estamos hechos para amar, estamos hechos a su imagen y semejanza; cuando amamos nos parecemos un poco más a Dios. Es por eso que esta noche, es la noche de la caridad, queremos que el amor y la solidaridad esté presente en nosotros en este tiempo”.