Mama Antula: laica consagrada argentina camino a la canonización


Esta mañana en diálogo con Radio TupaMbaé, Mons. Juan Rubén Martínez habló acerca de las últimas elecciones presidenciales, de la canonización de quien será la primera santa argentina, y de la XXII Peregrinación a Loreto.

Al inició, el obispo realizó una reflexión respecto de las recientes elecciones presidenciales en toda la Argentina. “Por una parte, creo que celebrar los cuarenta años del ejercicio de la democracia que implica las elecciones, más allá de la realidad de la Argentina: somos complejos, nadie entiende a la Argentina, tenemos una identidad muy marcada y esto hace que muchos no entiendan. Pero tenemos que estar agradecidos porque ejercitamos el voto. Los nudos, siempre tenemos la esperanza de que se irán desatando. El pueblo es el que va decidiendo, y fue haciendo una elección muy singular, y que va a generar un nuevo horizonte, sea como sea, y ojalá que sea de una amplitud que permita integrar a los argentinos y no seguir dividiéndonos”.

“Espero que den un paso hacia una actitud de madurez y los candidatos nos permitan a los argentinos tener una esperanza de una proyección hacia el futuro, en paz y trabajando en la diversidad hacia adelante, consciente de las fragilidades que tenemos en Argentina. Y que podamos pensar un cierto modelo, que podamos salir de la situación en la que fuimos cayendo en las últimas décadas. Una Argentina que fue cayendo a una mayor pobreza, al mirar cosas claves como la Educación, la Justicia independiente, hay cosas que ojalá que tomemos conciencia”, agregó.

María Antonia de San José, laica consagrada argentina, camino a la canonización

Mons. Martínez resaltó que el anuncio de la canonización de Mama Antula fue una noticia muy importante en medio de todo esto. La beata “es una mujer a la que tengo mucha devoción. Cuando voy a Buenos Aires, si hago mis caminatas, voy siempre a la Basílica de La Piedad, que está cerca del Congreso, y ahí están sus restos asique siempre que puedo voy. Fue una laica que vivía consagradamente. Todo fue en el siglo XVIII, nació en 1730 en Santiago del Estero y murió en 1799. De una familia de alcurnia, de Paz y Figueroa, siendo jovencita y ya haciendo un camino espiritual, le dijo al padre que —justo coincidía la época en que habían expulsado a los jesuitas—, que ella no se iba a casar, por un lado, y por otra parte, que tampoco iba a ser religiosa. Ella quería ser misionera con el anuncio de Jesús y con los ejercicios ignacianos, sobre todo. Asique a eso se dedicó. El padre se enojó mucho y la echó de la casa, ella se quitó el apellido del papá y de ahí es que apareció el nombre María Antonia de San José, que fue el nombre que se puso cuando se quitó el apellido. Y ahí empezó todo su obrar. Desde Santiago del Estero caminó como 4.000 kilómetros a pie y descalza, y en donde iba armaba los ejercicios ignacianos. El gran espacio que ella tuvo para hacer los ejercicios, para la gente humilde, en los barrios, y armó una casa de ejercicios espirituales en Buenos Aires, justamente donde está La Piedad actualmente, era un barrio del suburbio en aquellos años, era la colonia todavía, y anduvo por ahí. Hoy es una casa de retiros”.

Subrayó el obispo: “La verdad que nos hace bien a los argentinos pensar en una santa de estas características, donde su vida tuvo un clarísimo objetivo: la misión, la gente, los barrios humildes y la espiritualidad. En la diócesis hay una comunidad que se puso el nombre de Mama Antula, en la parroquia de Itaembé Mini, un terreno nuevo en la zona del barrio Sol de las Américas. Ya es beata y va a ser canonizada, la primera santa argentina. Hay dos canonizados, el cura Brochero y Artémides Zatti, el enfermero de la bicicleta, y ahora Mama Antula. Es incorporar también nuestros santos, que se ponen como modelo en nuestro país, con nuestro estilo y queremos promover eso. Es una gracia”.

XXII Peregrinación a Loreto

El próximo 26 de noviembre se realizará la peregrinación anual a Loreto. “Esa peregrinación es muy significativa porque estamos celebrando a la Madre de Misiones. (…) Yendo a Loreto celebramos la memoria de nuestra provincia, celebrando a los tres grandes mártires jesuitas de las misiones: san Roque, san Alonso y san Juan. Es alrededor de la fiesta de los santos mártires, que expresa la memoria histórica, riquísima que tiene nuestra provincia de siglos de evangelización, y una evangelización hecha emblemáticamente, como fue hecha en nuestra zona, con las reducciones jesuíticas, con ese trabajo de evangelizar la cultura, porque los códigos son hoy todavía emblemáticos y para estudiar”.

Mons. Martínez hizo un paralelismo de lo ocurrido a los santos mártires en relación a las persecuciones que sufrió Jesús. “Obviamente que cuando empezó a crecer y a transformarse en la contención de tantos y durante tantos años, surgió la envidia, los celos, como siempre pasa, porque fueron creciendo, eran baluarte en todo sentido, en lo religioso, en lo económico, en la organización, y como no podían explotarlos ciertos sectores colonialistas, empezaron a denunciarlos, querían armar un imperio propio, fuera del rey. Es la malicia, y eso fue lo que provocó la caída, en definitiva, de esa experiencia emblemática. Es como le hicieron a Jesús. El domingo, es muy elocuente el Evangelio si uno lo lee con profundidad, porque a Jesús le empezaron a hacer emboscadas, esa es la realidad. Los fariseos convocan a los herodianos, que eran sus enemigos, para hacerle esta pregunta: ¿A quién tenemos que pagar? ¿Se le tiene que pagar al César? Pero empezaron todos con adulación, ´Tú que eres el que se acerca a los demás sin mirar su estado´, porque Jesús habló todos, con la samaritana, odiados por los judíos los samaritanos. Y eso obviamente era una trampa a la que Jesús responde, ´a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César´. Pero es cierto que enseguida la maldad quiere provocar emboscadas, como en este caso a los jesuitas también, le empezaron a armar emboscadas con falsas denuncias, y provocó que al final fuesen expulsados”.

“Pero celebramos nuestra memoria para que la gente cuando vaya a Loreto, a San Ignacio, a Concepción, no sólo vaya para sacar una foto como algo lindo que fue, sino que aquello que pasó sigue pasando en nuestra tierra, no es meramente una memoria para la foto, sino que sigue siendo esto muy actual”, concluyó el obispo.