Por lo general, en los conciertos, la efusividad del público suele aumentar a medida que el despliegue artístico va progresando sobre el escenario. Si la actuación satisface, la curva asciende desde el aplauso sobrio hacia el frenesí de la ovación. Sin embargo, el recital del gran Javier Malosetti, la noche del jueves, no fue el caso. Puesto que el clímax del público estuvo a tope desde el comienzo y hasta el final de lo que se vivió como una verdadera fiesta del jazz.
En el concierto que brindó junto a los hermanos Quintana, esa efusividad del público, se expresó en el coreo, la ovación y la intensa calidez del aplauso, que asomó ni bien el trío hizo su aparición en escena. Fue una bienvenida conmovedora, para uno de los músicos más prestigiosos del país, que supo a través de los años y sus frecuentes visitas, mantener viva la llama con el público local.
Esa manifestación de afecto de quienes colmaron las butacas del auditórium del Instituto Montoya en la tormentosa noche, también abarcó el orgullo del público local jazzero y musical en general, ante la presencia de Fernando y Facundo Quintana (guitarra y batería).
“Los Quintana Brothers, de Misiones para el mundo” saludó, generoso, Malosetti antes del primer tema.
Desde afuera se filtraban en la sala los sonidos de truenos, rayos y lluvia. Adentro, sonaba Ginger tea (Té de jengibre), un funky que dio inicio al show y que forma parte del conglomerado de creaciones que esta formación supo plasmar en sus últimos años de encuentro. Compuestas por Fernando Quintana y con una impronta más jazzera, los temas Limpiecito y J.R, también se inscribieron en la primera parte del show, donde el lucimiento de cada músico, se vio potenciado por un sonido realmente de lujo.
Por momentos, especialmente en los blues, Malosetti se abocó al canto, e incluso en un tramo del concierto, los Quintana salieron de escena quedando el bajista en soledad, para interpretar, valga la redundancia, mágicos solos desde su Fender.
Con el regreso de los Quintana, el trío se encaminó hacia el último tramo del recital. Al final, recibieron la recompensa de un público extasiado. Todo el mundo de pie, agradeciendo, como al principio, este vínculo sólido con el gran bajista argentino, que con este show sumó un capítulo por demás especial.
De este modo, la gira del trío completó su primer vivo, dando paso a próximos conciertos en Puerto Iguazú y Asunción (Paraguay).
Fuente: EL TERRITORIO