El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) cumple hoy 69 años desde su creación, el 4 de diciembre de 1956, cuando fue instituido mediante el Decreto-Ley 21.680 como un organismo autárquico dependiente del entonces Ministerio de Agricultura y Ganadería. Su misión, definida desde el origen, fue “impulsar la investigación y extensión agropecuaria, tecnificar la empresa agraria y mejorar la vida rural”, con el objetivo de fortalecer la competitividad del sector agropecuario, forestal y agroindustrial en un marco de sostenibilidad ambiental y social.
En Misiones, el INTA desempeña un papel clave prácticamente desde sus primeros años. A partir de la década de 1960 fue un actor decisivo en el desarrollo de la actividad forestal, impulsando y coordinando programas de introducción de especies, mejoramiento genético y prácticas de silvicultura que transformaron la producción regional.
El organismo también aportó avances significativos en ganadería, con la introducción y multiplicación de materiales de forrajeras tropicales y subtropicales, y en los cultivos tradicionales de la provincia. En yerba mate aplicó tecnologías que permitieron duplicar los rendimientos, mientras que en té desarrolló —y continúa desarrollando— líneas de investigación orientadas a mejorar la productividad y la calidad.
Frente a la caída de la rentabilidad de los cultivos tradicionales, la Estación Experimental Agropecuaria de Cerro Azul abrió el camino a nuevas alternativas productivas, como el desarrollo de la cuenca frutihortícola, ampliando las oportunidades para productores locales y diversificando la matriz agropecuaria de Misiones.