Según la pauta acordada entre el Gobierno y el FMI, se espera que la inflación mensual se mantenga en un promedio del 4,5% hasta el cierre del año, cifra que refleja una leve aceleración respecto a meses anteriores. Este dato, revelado recientemente en documentos públicos, indica que la reducción sostenida de la inflación podría estar llegando a su piso durante este año.
La inflación acumulada hasta mayo alcanzó un significativo 71,9%, lo que implica que para cumplir con la meta anual del 139,7%, los precios deberán aumentar mensualmente en promedio un 4,5%. No obstante, este objetivo parece más ambicioso frente a las estimaciones del mercado, que proyectan cifras entre el 5,2% y el 4,5% según el Relevamiento de Expectativas del Banco Central.
El índice de precios mayoristas de mayo, publicado por el INDEC, evidenció una presión al alza significativa, con un incremento del 3,5% impulsado por aumentos en los productos de origen nacional, que contrarrestaron la deflación de los productos importados.
Para junio, se anticipa un incremento en el índice de inflación minorista, con proyecciones que van del 5,2% al 6%, destacando aumentos en alimentos y bebidas. Consultoras como EcoGo y LCG reportan incrementos acumulados en las primeras semanas del mes, mientras que Econométrica y Econviews muestran variaciones menores pero persistentes.
Uno de los principales obstáculos para alcanzar una inflación más moderada radica en la corrección pendiente de los precios relativos y la estabilidad del dólar oficial, que registra un aumento del 2% mensual. La vigencia del cepo cambiario también juega un papel crucial al generar expectativas de devaluación y filtraciones a los precios, dificultando una desaceleración más pronunciada del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Analistas coinciden en que la reducción del impuesto PAIS podría ser un paso positivo para mitigar estos efectos, aunque su impacto sería limitado en comparación con la eliminación del cepo, lo cual sigue siendo una meta en el horizonte económico.
En resumen, mientras el Gobierno y el FMI trabajan con la expectativa de una inflación controlada a través de regulaciones y ajustes fiscales, el camino hacia una estabilidad de precios sigue enfrentando desafíos significativos que podrían moderar la velocidad de esa reducción. La evolución de los próximos meses será crucial para determinar si las proyecciones se mantienen o ajustan en función de las variables económicas internas y externas. Infobae