El Patriarcado Latino de Jerusalén confirmó este jueves que la parroquia católica de la Sagrada Familia, la única iglesia católica en la Franja de Gaza, fue alcanzada por un ataque que dejó como saldo varios heridos, entre ellos el párroco argentino, padre Gabriel Romanelli, miembro del Instituto del Verbo Encarnado (IVE). Aún no se ha determinado el número exacto de fallecidos, aunque la zona permanece bajo intenso fuego desde hace más de una semana.
En un comunicado oficial, el Patriarcado informó que el ataque causó además importantes daños estructurales en el complejo parroquial, que desde el inicio del conflicto ha servido como refugio para cientos de personas desplazadas. El sacerdote herido, ampliamente conocido por su labor pastoral en la región, había estado en contacto regular con el papa León XIV, quien ha seguido de cerca la situación en Gaza.
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, condenó el hecho y responsabilizó a Israel: “Los ataques contra civiles que Israel lleva meses llevando a cabo son inaceptables. Ninguna acción militar puede justificar tal postura”, expresó en una declaración pública.
Según testigos locales, el sector donde se encuentra la iglesia, cercano al hospital Al-Ahli, ha sufrido ataques constantes durante las últimas jornadas. Los bombardeos de este jueves provocaron al menos dos muertos en diferentes puntos del enclave, según reportes de hospitales.
El informe más reciente sobre Libertad Religiosa Internacional, elaborado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, estima que apenas mil cristianos residen actualmente en Gaza, en su mayoría ortodoxos griegos, aunque también hay presencia católica romana, atendida pastoralmente por el padre Romanelli.
El antecedente inmediato más grave ocurrió el 16 de diciembre pasado, cuando una madre y su hija murieron tras recibir disparos de un francotirador israelí mientras se dirigían a un convento cercano, según denunció entonces el Patriarcado Latino.
En paralelo a este nuevo ataque, el Consejo de Patriarcas de las Iglesias de Jerusalén emitió un llamado urgente a la comunidad internacional para frenar la escalada de violencia en Tierra Santa. Denunciaron también agresiones recientes a la comunidad cristiana en Taybeh, la única localidad enteramente cristiana en Cisjordania, donde colonos extremistas atacaron una iglesia y un cementerio histórico. El rey Abdullah II de Jordania condenó estos actos calificándolos como “brutales”.
Cáritas Jerusalén alertó que, ante el incremento de la ofensiva israelí, los habitantes de Gaza enfrentan una situación límite: “Están obligados a elegir entre la muerte y la muerte”. La organización señaló que unas 400 personas se refugiaban en el complejo parroquial al momento del ataque, incluidos 15 de sus empleados y sus familias.
La guerra en Gaza se recrudeció desde el ataque del 7 de octubre de 2023, cuando milicianos de Hamás asaltaron el sur de Israel, causando más de 1200 muertos y secuestrando a unos 250 rehenes. En respuesta, Israel lanzó una ofensiva militar a gran escala en la Franja, provocando miles de muertos y desplazados, en medio de denuncias internacionales por el creciente impacto sobre la población civil.

