Misiones y gran parte del país vivieron este martes una jornada atípica debido al paro nacional de colectivos convocado por la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que tuvo un altísimo acatamiento. La medida, que se extendió por 24 horas, provocó serias complicaciones en la rutina diaria de miles de ciudadanos, especialmente trabajadores y estudiantes que dependen del transporte público.
Se espera que el servicio comience a normalizarse progresivamente desde la medianoche de este miércoles, aunque, como suele ocurrir en este tipo de situaciones, podrían registrarse demoras durante las primeras horas del día.
El paro, motivado por un reclamo salarial de los choferes, afectó tanto al transporte urbano como al de media distancia. En Misiones, el impacto fue total. En la ciudad de Posadas, por ejemplo, la actividad en el centro fue mínima, reforzada además por una jornada lluviosa que acentuó la parálisis del movimiento habitual.
La medida fue confirmada por UTA a nivel nacional recién en horas de la tarde del lunes, lo que generó confusión entre los usuarios. Incluso los propios choferes en Posadas recibieron la notificación del paro a última hora: muchos recién pasada las 22:30 del lunes, luego de haber recibido los cronogramas habituales de trabajo.
Alcance nacional y polémicas internas
El paro se replicó con fuerza en casi todas las provincias, con escasas excepciones como en Buenos Aires, donde algunas líneas no adhirieron. Sin embargo, una declaración del delegado gremial opositor Gabriel Gusso, que sugirió que la medida podría extenderse por tiempo indefinido, generó desconcierto. La conducción nacional de UTA respondió con firmeza, negando esa posibilidad y desligándose completamente de los dichos de Gusso: “Esta entidad gremial rechaza, desconoce y no se identifica con cualquier comentario u opinión política o gremial de este sujeto”, afirmaron desde el sindicato.
UTA, a través de un comunicado, valoró la adhesión a la medida: “Nuestra voz hoy se escuchó muy fuerte. La lucha continúa. Todos unidos triunfaremos”.
Reclamos y contexto del conflicto
El reclamo central de la protesta es una actualización urgente del salario básico, actualmente en torno a $1.200.000 mensuales, que el gremio quiere elevar a $1.700.000, debido al impacto de la inflación. La propuesta empresarial, basada en bonos y sumas no remunerativas, fue considerada por el sindicato como “una burla”.
“El único objetivo es poder vivir con dignidad”, señalaron voceros gremiales.
En los días previos, el jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos, había intentado frenar la medida. En declaraciones radiales, pidió a la UTA postergar el paro unos días, dado el reciente cambio de autoridades en la Secretaría de Transporte. “Tal vez sería un buen momento para sentarnos a dialogar”, expresó. Sin embargo, el reclamo siguió adelante con alto nivel de adhesión.