Francisco oró ante el icono de la Virgen Salus populi romani y encomendó su viaje a Lisboa


La Oficina de Prensa de la Santa Sede, dio a conocer que por la tarde de este lunes 31 de julio, “en vísperas de su próximo Viaje Apostólico a Portugal, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, Francisco se dirigió, como es habitual, a la Basílica de Santa María La Mayor donde se detuvo en oración ante el icono de la Virgen Salus populi romani, encomendándole el viaje y a los miles de jóvenes que encontrará en los próximos días”.

En vísperas de su partida hacia Portugal en la mañana del martes 2 de agosto, el Sumo Pontífice no quiso interrumpir esta larga tradición y se dirigió esta tarde a Santa María La Mayor.

 

Con la visita de hoy, son 108 las del Pontífice argentino.

El Santo Padre estuvo solo, sentado, y en silencio, donde «se detuvo en oración» ante la efigie mariana, que según la tradición fue pintada por San Lucas. Francisco «le confió a ella, el viaje y los miles de jóvenes que encontrará en los próximos días».

 

El icono de la Virgen Salus Populi Romani

Salus Populi Romani (Protectora del Pueblo Romano), es el nombre que se le da en el siglo XIX al icono bizantino de la Virgen y el Niño, que procede de los primeros cristianos. Se encuentra en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma.

Como ocurre con la mayoría de los iconos marianos del área greco-bizantina, según la tradición, la Salus Populi Romani fue pintada por San Lucas en un trozo de madera de la mesa que se utilizó en la Última Cena de Jesús con sus apóstoles o bien, en una mesa construida por el propio Redentor que la Virgen María guardó tras su crucifixión.

La pintura permaneció en Jerusalén y sus alrededores hasta que fue descubierta por Santa Elena en el siglo IV. Junto con otras reliquias sagradas, como la cruz en la que murió Cristo, la pintura fue trasladada a Constantinopla, donde su hijo, el emperador Constantino el Grande, erigió una iglesia para su entronización. Más tarde, el icono sería trasladado por la propia Santa Elena a Roma.

Según la tradición, fue colocado en la Basílica de Santa María la Mayor considerada como el “primer santuario dedicado a la Virgen María en Occidente”. Durante siglos se colocó por encima de la puerta del baptisterio de la basílica, según un documento de 1240 aparece mencionada como Regina Caeli (“Reina del Cielo“).

Más tarde se trasladó a la nave de la basílica, y desde el siglo XIII se conservó en un tabernáculo de mármol. Desde el año 1613, se situó en el altar-tabernáculo de la Capilla Borghese o Capilla Paulina de la basílica (construida específicamente para guardar el icono).

La Salus Populi Romani ha sido una de las devociones favoritas de varios papas, el icono actuó como un símbolo católico Mariológico, sobre todo en la misma Roma. El icono ha sido considerado como milagroso, se ha orado y llevado en procesión por las calles de Roma muchas veces.

 

Sobre la JMJ de este año en Lisboa

La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) es un encuentro de jóvenes de todo el mundo con el Papa. Es, además, una peregrinación, una fiesta de la juventud, una expresión de la Iglesia universal y un fuerte momento de evangelización del mundo juvenil. Se presenta como una invitación a una generación determinada en construir un mundo más justo y solidario. A pesar de su identidad claramente católica, está abierta a todos, tanto a los más cercanos a la Iglesia, como a los más distanciados.

Tiene lugar todos los años en las diócesis, con ocasión del Domingo de Ramos, y cada dos, tres o cuatro años con carácter internacional en una ciudad elegida por el Papa, y contando siempre con su presencia. Reúne a millones de jóvenes para celebrar la fe y su pertenencia a la Iglesia.

Desde su primera edición, que tuvo lugar en la ciudad de Roma en 1986, la Jornada Mundial de la Juventud destaca como un laboratorio de fe, un lugar de nacimiento de vocaciones para el matrimonio y la vida consagrada y un instrumento de evangelización y transformación de la Iglesia.