Fin del sueño: Racing empató con Flamengo y se despidió de la Copa Libertadores


Racing se quedó en la puerta de la gloria. La Academia igualó 0-0 ante Flamengo en un Cilindro colmado y no logró revertir el 1-0 sufrido en la ida en el Maracaná. El conjunto brasileño, sostenido por una actuación monumental de su arquero Agustín Rossi, avanzó a la gran final de la Copa Libertadores y dejó a los de Gustavo Costas con las manos vacías, aunque con la frente en alto.

Racing, alma y corazón ante un gigante

El equipo argentino lo dejó todo. Empujado por su gente, presionó, luchó y generó situaciones claras, pero se topó una y otra vez con un Rossi imbatible. El arquero del Mengao fue la gran figura del partido: tapó cabezazos de Conechny y Maravilla Martínez, un remate a quemarropa de Vietto y hasta un misil de Almendra en los minutos finales.

Flamengo mostró su jerarquía técnica, especialmente en la primera parte, cuando Carrascal y De Arrascaeta manejaron los tiempos del juego y obligaron a Racing a resistir. En ese tramo, el arquero Cambeses sostuvo al equipo con atajadas clave ante Varela y el propio De Arrascaeta.

Del sufrimiento a la ilusión

Pese a la superioridad inicial del conjunto carioca, Racing encontró en la entrega su mejor argumento. A puro empuje, fue inclinando la cancha y transformó el cierre en un asedio. Costas movió el banco, soltó a los laterales y apostó por el ingreso de Vietto y Balboa para buscar el gol que nunca llegó.

El partido también dejó polémicas: el árbitro expulsó de manera controvertida a Gonzalo Plata por una supuesta agresión a Marcos Rojo, aunque más tarde anuló una roja al propio defensor argentino tras revisar el VAR. Con un hombre de más, Racing fue con todo, pero el arco rival siguió cerrado.

El factor Rossi y el adiós con dignidad

Rossi, ex Boca, fue determinante. Cada avance académico encontró su respuesta, y el arquero terminó siendo el gran responsable de que Flamengo mantuviera el cero y asegurara su boleto a una nueva final continental.

El conjunto de Costas, que había dejado en el camino a rivales de peso, no pudo romper el cerrojo carioca ni capitalizar las chances generadas. Pagó caro el gol en contra de Rojo en la ida y la falta de creatividad ofensiva desde las salidas de Juanfer Quintero y Roger Martínez.

Un final que duele, pero enorgullece

Cuando el árbitro marcó el final, el Cilindro reconoció el esfuerzo. Racing no consiguió la hazaña, pero se fue ovacionado. “Lo dejamos todo, pero el fútbol a veces te castiga”, resumió Costas con emoción.

El Mengao, en cambio, celebró su pasaje a otra definición continental. Racing se despide de la Copa Libertadores con la sensación de haber estado a la altura, de haber competido y de haber soñado hasta el final.