Bajo el lema “Con María, seamos luz en un mundo herido”, una marea de fieles inundó las calles de Posadas en la LXII Peregrinación al Santuario de Fátima en Garupá.
En una mañana fresca de domingo, la mítica Catedral de Posadas se convirtió en el epicentro de una jornada donde la fe y la devoción tejieron un sólido lazo de esperanza. Miles de fieles se congregaron frente a sus puertas, marcando el inicio de un viaje espiritual hacia el Santuario de Fátima en Garupá.
La procesión, que comenzó a las 6 de la mañana, avanzó con la imagen venerada de la Virgen de Fátima como guía. Entre cánticos y oraciones, los peregrinos recorrieron las calles hasta llegar al santuario, un lugar sagrado impregnado de paz y serenidad.
Una vez en el destino, la multitud se reunió frente al altar para la Misa Central, celebrando la fe y conmemorando los 150 años de la fundación de la congregación religiosa Misioneros del Verbo Divino (SVD),
Además de los momentos de celebración, la solidaridad también se manifestó en la jornada. Miles de porciones de guiso fueron preparadas y distribuidas entre los devotos que decidieron participar del almuerzo comunitario, reflejando así el mensaje de unión entre la comunidad de Fátima y todos los presentes.
La peregrinación a Fátima en Garupá trascendió la mera expresión de fe; fue un llamado a la acción en un mundo marcado por la incertidumbre y la desigualdad. La devoción a la Virgen María se erigió como un faro de esperanza, guiando a los creyentes hacia la construcción de una sociedad más justa y fraterna.