La comunidad católica de Posadas se reunió con fervor para honrar a San José, su patrono, en una emotiva celebración que incluyó una procesión desde la ermita de la Virgen de Itatí hasta la Iglesia Catedral «San José». Cientos de feligreses entonaron cánticos en honor al santo mientras recorrían las calles de la ciudad.
La jornada coronó con una masiva misa presidida por el obispo de Posadas, Mons. Juan Rubén Martínez, en la explanada de la Catedral, reafirmando así la devoción del pueblo posadeño por San José.
Durante su homilía, Mons. Juan Rubén Martínez compartió reflexiones profundas sobre la figura de San José y su relevancia en la historia de la Iglesia y de la ciudad de Posadas. En sus palabras, el obispo expresó: «Nos llena de especial alegría estar reunidos en esta eucaristía para celebrar a San José. Es un momento maravilloso poder honrar a nuestro patrono, quien es reconocido como patrono de la Iglesia Universal. Valoramos enormemente la oportunidad de compartir esta festividad con todos ustedes, gracias a la cercanía que nos brindan los medios de comunicación (como Radio Tupa Mbae, Canal 12, entre otros), permitiendo que tantos puedan unirse a esta celebración».
Posteriormente, Mons. Martínez, destacó la fe profunda de San José y su obediencia ante la voluntad de Dios, así como su papel fundamental en el misterio de la encarnación. «San José es una figura de gran intensidad y fortaleza, a pesar de su escasa presencia en los textos bíblicos y la ausencia de palabras atribuidas directamente a él. Sin embargo, su papel es fundamental, siendo reconocido como patrono de la Iglesia Universal. Dios lo eligió para desempeñar un papel crucial en el misterio de la encarnación, demostrando así que su amor va más allá de ser simplemente el creador. Es un Dios que nos ama profundamente y que se hizo hombre para estar entre nosotros», expresó el obispo.
Mons. Martínez también hizo referencia al silencio fecundo de San José como segundo elemento que, según él, es fundamental para una vida plena y en sintonía con la voluntad divina.
En palabras del obispo: «El silencio fecundo de San José es un aspecto que nos impacta, especialmente en la sociedad actual, caracterizada por su naturaleza extrovertida. En un mundo donde la cultura imperante nos empuja constantemente hacia el exterior, el valor del silencio se vuelve difícil de apreciar. Sin embargo, es crucial reconocer su importancia. El silencio nos proporciona espacios de interioridad necesarios para reflexionar sobre nuestras vidas, discernir nuestras respuestas y encontrar la verdadera fecundidad. Es en el silencio donde podemos cultivar una vida interior y espiritual, permitiéndonos conectar con nosotros mismos y con lo trascendental».
Como tercer elemento, el prelado abordó el tema del trabajo, destacando la vida laboral de José como carpintero. En su intervención, hizo hincapié en la importancia del trabajo como una fuente de dignidad humana y realización personal. Recordó que el 1° de mayo se celebra a San José como el patrono de los trabajadores, y pidió su intercesión en esta ocasión para aquellos que enfrentan dificultades laborales.
Seguidamente resaltó que «el trabajo, siendo una actividad que surge de la libertad, la inteligencia y la voluntad humanas, tiene el poder de plenificar a hombres y mujeres». Sin embargo, reconoció la lamentable realidad de la precariedad laboral que afecta a muchas personas en el mundo actual. E instó a pedir por aquellos que carecen de empleo digno y por aquellos cuyas condiciones laborales son precarias.
Además, Martínez reflexionó sobre la importancia de no olvidar el valor del trabajo en la dignidad humana, junto con la fe y el silencio. Expresó el deseo de que las grandes economías consideren este aspecto esencial para la realización de las personas e hizo un llamado a reconocer y valorar el trabajo como un componente fundamental para la dignidad humana, solicitando la intercesión de San José para que este derecho básico sea respetado y promovido.
Para finalizar, el obispo diocesano compartió una reflexión personal sobre sus 30 años como obispo, expresando su gratitud a Dios por su llamado al servicio eclesial. «Puedo decir dos cosas, dos certezas nada más que tengo: que Dios me ama y que soy de Él, aún desde mis fragilidades. Él me ama y soy de Él, aún desde mis fragilidades», afirmó el obispo.
La homilía concluyó con una invitación por parte del prelado superior de la diócesis de Posadas, a seguir el ejemplo de San José, cultivando la fe, el silencio interior y el valor del trabajo como pilares fundamentales de una vida plena y en sintonía con la voluntad divina.
Con esta celebración, la comunidad católica de Posadas reafirmó su compromiso de seguir el legado de San José, fortaleciendo así su identidad religiosa y su sentido de comunidad en el camino de la fe.
Fotos: Ministro Héctor Llera.