Eduardo Sisto, presidente de la Fundación de Apoyo a Padres de Hijos del Espectro Autista (FAPADHEA), compartió su experiencia como padre y referente en el acompañamiento a otras familias que transitan el diagnóstico de autismo. En una entrevista en «Cultura en Diálogo» por Radio Tupambaé, abordó los primeros signos de alerta, la importancia del diagnóstico temprano, el rol fundamental de la escuela y el compromiso que requiere la inclusión social.
«Ser papá no es solo traer un hijo al mundo, es acompañarlo con amor, coraje y compromiso», expresó Eduardo Sisto al comenzar la charla. Si bien se desempeña como docente en nivel secundario y es activo en su parroquia, en esta oportunidad habló como padre de un hijo con autismo y como miembro activo de la fundación FAPADHEA, que trabaja para orientar y sostener a otras familias frente al diagnóstico.
¿Cuándo prestar atención? Los primeros indicios
Sisto explicó que el Trastorno del Espectro Autista (TEA) no es una enfermedad, sino una condición del neurodesarrollo que afecta principalmente la capacidad de vincularse con el entorno. «El primer indicio puede verse en el vínculo entre el bebé y la mamá durante la lactancia. Si el niño no devuelve una sonrisa social o no reacciona ante estímulos como un ruido fuerte, son señales que no determinan, pero que pueden alertar», advirtió.
También mencionó otros signos tempranos: falta de gateo en tiempos esperados, ausencia de llanto ante necesidades básicas o desinterés por el entorno. Ante estos indicios, recomendó acudir al pediatra para comenzar el proceso de diagnóstico, que incluye estudios clínicos, evaluaciones neurológicas y psicopedagógicas.
Diagnóstico precoz: la clave para una mejor calidad de vida
Uno de los principales ejes de la entrevista fue la necesidad de detectar el autismo en etapas tempranas. «Preferible un diagnóstico precoz que ayude a intervenir a tiempo, que uno tardío cuando el chico ya enfrenta dificultades de inclusión en la escuela o en la universidad», afirmó.
Destacó que los tratamientos iniciales no son invasivos y que, en muchos casos, con la estimulación adecuada y un entorno que acompañe, la persona puede desarrollar su autonomía y lograr una vida plena. «La diferencia la hace el entorno, desde la familia hasta la escuela», agregó.
El rol de la escuela: inclusión y compromiso
Desde su experiencia como docente, Sisto fue contundente: “Una escuela que rechaza a un niño con discapacidad no puede llamarse escuela. El desafío educativo es incluir, adaptar y brindar calidad de vida.”
Criticó la falta de formación específica en docentes sobre inclusión, pero valoró a quienes se acercan a la fundación para capacitarse y buscar herramientas. También remarcó que la presencia de acompañantes terapéuticos o maestras integradoras no puede ser una condición para que un niño acceda a la escuela: “La inclusión es un derecho del niño, y una obligación de la institución.”
FAPADHEA: una red de padres para padres
FAPADHEA se constituyó como una organización sin fines de lucro que brinda contención, orientación y formación a familias que reciben un diagnóstico de autismo. A través de conversatorios, redes sociales, campañas de concientización y el trabajo articulado con profesionales, la fundación busca derribar prejuicios y garantizar que cada niño y niña tenga las oportunidades que merece.
“No somos especialistas, pero nos formamos. Hicimos diplomaturas, buscamos información, preguntamos a profesionales. Queremos que ningún papá ni mamá se sienta solo”, explicó Sisto.
También destacó la colaboración con profesionales como odontólogos y pediatras que se están capacitando para atender mejor a personas con autismo. “Lo que para muchos es agresividad, a veces es una reacción ante un dolor físico que no pueden expresar. Hay que ver más allá del síntoma”, señaló.
Una sociedad inclusiva empieza en casa
Finalmente, Sisto llamó a la reflexión sobre el rol de las familias en el proceso. “La sobreprotección muchas veces limita. El amor es estar presente, acompañar, pero también permitir que los hijos desarrollen su autonomía”, dijo.
Reforzó la idea de que el autismo no debe ser visto como un problema, sino como una condición que requiere de un entorno empático y preparado. “No es karma ni castigo. Es otra forma de vivir la paternidad, con desafíos distintos pero también con logros inmensos.”
Dónde contactarse con la Fundación:
Redes sociales: Autismo Misiones (Facebook e Instagram)
Sitio web: www.autismomisiones.org.ar
FAPADHEA también forma parte de una red federal de padres y trabaja junto a otras fundaciones en la región para generar conciencia, capacitación y acompañamiento a nivel nacional.