Expulsión de Edgardo Kueider: El Senado expone fracturas en el sistema político argentino


En una sesión marcada por tensiones y maniobras políticas, el Senado de la Nación aprobó por una contundente mayoría la expulsión del senador Edgardo Kueider, dejando al descubierto la creciente fragilidad de los acuerdos políticos y la fragmentación del sistema partidario en Argentina. Este episodio también reveló las contradicciones internas en bloques clave como el PRO y La Libertad Avanza (LLA), mientras el kirchnerismo exhibió su capacidad de actuar en bloque.

Una decisión controvertida

La votación fue precedida por intensos debates. Santiago Caputo, consultor cercano al oficialismo, sintetizó el sentir de su sector a través de la cuenta de X que se le adjudica (@MileiEmperador): “Hoy se decreta el fin de la República en el Senado de la Nación… TMAP” (Todo Marcha de Acuerdo al Plan). Sin embargo, los resultados evidenciaron lo contrario: el Gobierno se vio superado por la decisión del kirchnerismo de consolidar su influencia en el recinto, arrebatando la banca de Kueider, quien había sido un aliado crucial del Ejecutivo en los últimos meses.

Kueider, quien había ingresado al Senado por el kirchnerismo y mantenía una relación cercana con Alberto Fernández, fue detenido recientemente en Paraguay al intentar cruzar la frontera con una mochila que contenía 211.000 dólares sin declarar. Este hecho detonó una crisis política que culminó con su remoción en una sesión rápida que dejó de lado la tradicional “doctrina Pichetto”, la cual defendía los fueros parlamentarios.

Fragmentación partidaria y liderazgo difuso

La votación expuso una preocupante “balcanización” en el sistema partidario, según describió un colaborador presidencial. Mientras el kirchnerismo actuó con disciplina, bloques como el PRO y la UCR mostraron fisuras. El PRO, que inicialmente había acordado suspender al senador hasta las sesiones ordinarias, se dividió frente al pedido de desafuero. Algunos de sus miembros, como Guadalupe Tagliaferri y Luis Juez, terminaron votando a favor de la expulsión, contraviniendo las directivas de la cúpula partidaria.

Por otro lado, La Libertad Avanza también mostró inconsistencias. La relación entre el macrismo y el espacio libertario se deteriora rápidamente, marcada por una competencia encarnizada y una falta de consenso en cuestiones clave como el desafuero de Kueider y la aprobación del Presupuesto 2025 en la Ciudad de Buenos Aires.

El rol del kirchnerismo

Con la expulsión de Kueider, el kirchnerismo sumó una banca en el Senado, ocupada ahora por Estefanía Cora, militante de La Cámpora. Este movimiento consolida su influencia en el Congreso y demuestra su capacidad de operar sin fisuras, en contraste con la desarticulación de otros espacios.

Impacto en la atmósfera política

El caso Kueider no solo evidenció la fragilidad del sistema político, sino también la preocupación creciente en los ámbitos de poder sobre la falta de liderazgos claros y la crisis de representatividad. Un colaborador de Maximiliano Abad, senador de la UCR, calificó la decisión como un movimiento que favoreció al kirchnerismo sin aportar soluciones concretas: “Se decidió darle una banca al kirchnerismo sin que haya entrado al Senado un solo papel o expediente sobre la situación judicial de Kueider”.

La destitución también ha generado tensiones en el PRO, especialmente en su relación con La Libertad Avanza en la Ciudad. Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño, enfrenta obstáculos sin precedentes para aprobar el presupuesto, mientras intenta redefinir su gestión en un contexto de alianzas frágiles y oposición interna.

Un sistema en crisis

La expulsión de Kueider simboliza la crisis profunda del sistema político argentino, donde los acuerdos son cada vez más endebles y las alianzas se disuelven ante el menor obstáculo. En este contexto, los analistas anticipan que las próximas elecciones se desarrollarán en un ambiente de incertidumbre, con reglas aún por definir y liderazgos cuestionados.

El desenlace de esta situación, que combina escándalos personales y disputas políticas, podría redefinir el equilibrio de poder en el Congreso y marcar un punto de inflexión en la institucionalidad democrática del país. Infobae