“Esta celebración debe impulsarnos a ser una Nación de verdad y bien común”, Padre Sebastián Escalante en el Solemne Tedeum


El martes 9 de julio, a las 19 horas, el Vicario General de la Diócesis, Padre Sebastián Escalante, presidió la Santa Misa y el Solemne Tedeum en la Iglesia Catedral “San José” de Posadas. La celebración conmemoró el 208° aniversario de la Declaración de la Independencia de Argentina, coincidiendo además con el día festivo en honor a Nuestra Señora de Itatí.

En una emotiva homilía, el Padre Sebastián Escalante destacó las enseñanzas del Papa Francisco en el Evangelii Gaudium, enfatizando que “el tiempo es superior al espacio”, como clave para enfrentar los desafíos contemporáneos desde una perspectiva espiritual. Subrayó la capacidad transformadora del hombre, ejemplificada en figuras históricas como Andrés Guacuari Artigas, y llamó a redescubrir la fuerza de la comunidad y la fraternidad, inspirándose en los diputados del Congreso de Tucumán. Invitó a todos los presentes a asumir con magnanimidad el compromiso de edificar una Nación basada en la verdad y el bien común, bajo la guía de María Santísima.

 

En la jornada de hoy, la Catedral de Posadas fue testigo de una emotiva celebración encabezada por el Vicario General de la Diócesis, Padre Sebastián Escalante, quien transmitió un mensaje de profunda unión y reflexión a toda la comunidad presente. En sus palabras, el Padre Escalante comenzó por expresar el saludo cercano de Monseñor Juan Rubén Martínez, Obispo de Posadas, quien “tuvo que viajar a Buenos Aires en el día de hoy porque falleció en la diócesis de San Isidro un sacerdote muy amigo personal de él con el que fundaron el seminario La Encarnación de Resistencia y que trabajó y compartió mucho con el obispo así que estaba sentido y quería acompañar en las exequias del Padre Emilio Gabrieli pero me pidió que transmitiera a toda la comunidad su cercanía espiritual”.

El Vicario General no solo destacó la presencia de autoridades como el señor Gobernador y el Intendente de Posadas, sino también el acompañamiento de diversas figuras del ámbito provincial y municipal, así como de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, subrayando la importancia de su participación en esta celebración anual.

En su homilía, el Padre Escalante compartió tres consideraciones fundamentales para la reflexión personal y comunitaria. En primer lugar, subrayó la enseñanza del Papa Francisco sobre que “el tiempo es superior al espacio”, como se expresa en la Evangelii Gaudium. Reflexionó sobre los desafíos actuales que oscurecen nuestra sociedad, incluyendo el egoísmo y la injusticia, proponiendo que el tiempo revela procesos históricos que, imbuidos de una fuerza espiritual, se convierten en una historia de salvación. Destacó la importancia de la memoria histórica como una fuente de pasión, entusiasmo y lecciones perennes.

Además, llamó a asumir la responsabilidad presente hacia la Patria, lamentando las injusticias pasadas pero buscando restaurarla y hacerla florecer. Recordó el significado de Nuestra Señora de Itatí en 1615 como un símbolo de encuentro espiritual y transformación social, invitando a aprender de esta historia para renovar el entusiasmo y la pasión en el presente.

En su segunda consideración, el Padre Sebastián Escalante destacó la capacidad liberadora del hombre, inspirado por la Virgen María y su declaración de que “el Señor hizo en mí grandes cosas”. Remontándose a eventos históricos significativos como el Congreso de los Pueblos Libres en 1815, mencionó la participación crucial de figuras como Don Andrés Guacuari Artigas, subrayando cómo hombres simples fueron precursores de la Independencia Nacional. Recalcó la importancia de rescatar estas partes de la historia que muestran la capacidad humana de superar las limitaciones y de promover la libertad y el bien común, impulsados por una vocación profunda y liberadora habitada por Dios.

En esta línea, enfatizó que este movimiento no se trata de un espacio inerte o alienante, sino del tiempo, la historia y los procesos que subyugan las miserias y restauran la paz y la luz en el corazón humano. Hizo referencia al Acta de la Independencia firmada en 1816, destacando la notable presencia de sacerdotes entre los Congresales de Tucumán, subrayando la responsabilidad compartida de los hombres del pueblo de Dios, tanto clérigos como laicos, en sostener los ideales de libertad e independencia de la Patria.

En su tercera y última consideración, el Padre Sebastián Escalante resaltó: “Tenemos que redescubrir la fuerza transformadora que tiene la comunidad, el pueblo, la vivencia profunda de la fraternidad. Si mudamos nuestro espíritu ahora a la Casa histórica de Tucumán, podemos descubrir en esa casa el símbolo de una Nación que debe ser casa de todos. De todos.  En Tucumán, en ese ambiente doméstico, los diputados de lugares tan distantes se vincularon como hermanos, motivados por la causa suprema que los convocaba.  Aunque por momentos dominó el disenso en prolongadas sesiones, la comunión en lo esencial hizo que el diálogo razonable superase las diferencias y primase el interés común”. Destacó el compromiso de los Congresales, quienes “prometieron ante Dios y la Señal de la Cruz sostener estos derechos hasta con la vida, aderez y fama.”

Subrayó que el Acta de la Independencia refleja “la fe profesada y el destino de la Patria en el concierto de los pueblos soberanos.” Reconoció que el ideal de una Argentina como una gran familia, “donde la fraternidad, la solidaridad y el bien común incluyan a todos los que peregrinamos en su historia, está todavía lejos de alcanzarse completamente”. Insistió en la necesidad de trabajar más y juntos para lograrlo: “La independencia y libertad proclamadas hace más de dos siglos no siempre se tradujeron en tiempo de paz y progreso para todos”.

“Es por eso que esta celebración, queridos amigos, debe impulsarnos a asumir con magnanimidad el deseo de ser Nación. Una Nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común. Que María Santísima, nuestra Madre, nos acompañe en esta senda”, concluyó el Vicario General de la Diócesis, Padre Sebastián Escalante.

Con esta celebración, la comunidad de Posadas fue convocada a reflexionar y renovar su compromiso con los valores fundamentales que construyen una sociedad más justa y fraterna, en línea con los ideales que inspiraron a los fundadores de nuestra argentinidad hace más de dos siglos.