Espionaje ilegal: “Lo que tiene el teléfono de Zanchetta puede comprometer a mucha gente”


En exclusiva con Radio TupaMbaé, el periodista especializado en asuntos judiciales, Néstor Espósito, brindó detalles de la investigación vinculada al escándalo de espionaje ilegal que está impactando en la campaña presidencial en Argentina, tras el arresto del ex policía Ariel Pedro Zanchetta, quien se encuentra involucrado en el caso.

En sus declaraciones a “La Creíble”, resaltó que aún queda por examinar detenidamente una serie de mensajes en un teléfono celular vinculados al caso. Estos surgieron tras un operativo llevado a cabo por la Gendarmería. Dicho proceso investigativo adquiere una importancia crucial en medio del contexto electoral que actualmente atraviesa la República Argentina, dado que involucra aspectos sumamente sensibles.

El caso ha afectado la reputación del peronismo, que aspira a permanecer en el Gobierno. De acuerdo con la investigación de la fiscalía federal, Zanchetta mantenía vínculos con dos funcionarios peronistas cercanos a Kirchner: un diputado nacional y un actual directivo de la agencia tributaria del Estado (AFIP), este último fue uno de los líderes de la agrupación La Cámpora, conocida por ser la facción más leal a la ex presidenta.

Según la información del Ministerio Público Fiscal, Ariel Pedro Zanchetta, un antiguo agente federal con una trayectoria de 25 años en la policía, llevaba a cabo tareas de vigilancia, recopilación de datos privados y compilación de carpetas con información personal de alrededor de mil figuras públicas. Este grupo incluye al presidente Alberto Fernández, así como a los dos candidatos que buscan sucederlo, junto con otros 50 funcionarios de alto rango, jueces, periodistas, líderes sociales, jefes sindicales, dirigentes deportivos y artistas.

Ariel Pedro Zanchetta

En primer lugar, el periodista de asuntos judiciales, Néstor Espósito, destacó: “En breve, el funcionario kirchnerista Fabián ‘Conu’ Rodríguez se presentará en los tribunales de Comodoro Py. Este miembro de La Cámpora y funcionario de la AFIP, a quien se le solicitó la detención ayer y el juez Marcelo Martínez de Giorgi rechazó, acudirá voluntariamente al juez para entregar su teléfono.

Esta es una decisión autónoma que ‘Conu’ Rodríguez ha optado por tomar: “No existe una orden para incautar su teléfono, ni siquiera para citarlo a indagatoria, solicitud que el fiscal había planteado. Se presentará para entregar su teléfono, buscando de alguna manera aliviar la tensión generada por los acontecimientos”, añadió.

Además, resaltó: “En este contexto, es relevante señalar que es muy oportuno, en términos políticos, que surja una situación de esta naturaleza. Esto es especialmente significativo a partir del protagonismo de Ariel Zanchetta, un ex policía que, según el propio Poder Judicial, desempeña funciones como espía inorgánico. El fiscal Gerardo Pollicita está reconociendo la existencia de espías que no aparecen en los registros de la central de inteligencia. Resulta curioso porque, por ejemplo, este individuo guarda una notable similitud, si no es idéntico, al falso abogado Marcelo D’Alessio”.

En relación al caso de Marcelo D’Alessio, Espósito recordó: “Él no tenía ningún conocimiento previo; simplemente poseía contactos, números telefónicos y informes de inteligencia, similar a Zanchetta. Sin embargo, mientras D’Alessio era un individuo al margen de la ley, Zanchetta se presenta como un espía inorgánico. Aquí se percibe una evidente y oportunista manipulación de la situación”.

“A pesar de esto, es innegable que estamos frente a un caso de inteligencia ilegal que requiere investigación y condena, independientemente de quién haya sido el responsable. No obstante, el informe en el cual se basa toda esta trama sostiene, esencialmente, que es parcial. Esto significa que identificó a dos individuos como posibles participantes en este entramado de espionaje ilegal, y casualmente, ambas personas están vinculadas a un mismo sector político”, añadió.

Espósito explicó más a fondo: “Es llamativo que no se haga mención alguna de los otros ‘clientes’, por así decirlo, de este espía ilegal. Una semana antes de la segunda vuelta electoral, los nombres que surgen son los de dos líderes políticos vinculados a un sector específico, que en este caso es el oficialismo. Pareciera que los hilos están conectados en todas direcciones”.

Además, Espósito detalló cómo podría desarrollarse la investigación y, al ser cuestionado sobre la posibilidad de obtener más información, respondió: “No estoy seguro si de este caso en particular, pero me da la impresión de que existe más información oculta relacionada con los teléfonos y dispositivos del señor Zanchetta, quien actualmente se encuentra detenido. En esos dispositivos, hay casi 4 terabytes de información, y hasta ahora, apenas se ha revelado un 10% de ese volumen. Es precisamente ese 10% el que ha desencadenado el actual escándalo.”

“Supongo que, a medida que avance la investigación y se profundice en lo que aún queda por examinar, seguramente surgirán más novedades. No estoy seguro de si tendrán tanto impacto mediático, ya que este individuo, claramente vinculado a prácticas delictivas, era un rufián. Sin embargo, lo que pueda encontrarse en su teléfono tiene el potencial de implicar a múltiples personas”, enfatizó.

Recientemente, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) emitió un comunicado en rechazo a las acusaciones vertidas por el Miembro de la Cámara de Diputados de la Nación, Rodolfo Tailhade, dirigidas a periodistas en medio del escándalo por el espionaje a jueces.

Al respecto, Espósito profundizó: “Las declaraciones de Rodolfo Tailhade en relación a algunos colegas las debatí con él en una entrevista televisiva. Personalmente, no comparto la idea de estigmatizar a toda la profesión por las acciones de unos pocos periodistas. Generalizar a partir de casos particulares me parece injusto. Es imperativo que defendamos nuestra profesión, reconociendo la diversidad de enfoques y prácticas dentro de ella”.

La situación de Tailhade adquiere una dimensión más defendible al considerar el foco principal que se centra en él: la presunta filtración de los chats de un viaje que involucraba a jueces fiscales, espías y funcionarios del gobierno nacional de Buenos Aires al lago escondido, por invitación de directivos del Grupo Clarín.

Sin embargo, es fundamental aclarar que esta acusación carece de sustento probatorio, ya que Zanchetta ofreció acceso a dichos diálogos de Telegram después de que estos ya hubieran sido publicados en al menos dos medios. Personalmente, fui uno de los periodistas que contribuyó a la divulgación de dicha información.

Resulta relevante destacar que el ofrecimiento de Zanchetta se produjo un día después de la publicación de los diálogos, equiparándolo a la promesa de enviar videos sobre el derribo de las Torres Gemelas después de que este lamentable evento ya hubiera ocurrido. Esta comparación resalta la falta de primicia o filtración real en el caso.

Luego amplió: “Es imperativo reconocer que las fuentes no son inocentes, ya que siempre persiguen algún interés al revelar información. En este contexto, es esencial discernir entre la información superficial y la verdadera gravedad de la situación. Lo crítico reside en la existencia de inteligencia ilegal, que incluye investigaciones sobre la fe religiosa, relaciones extramaritales y preferencias sexuales de individuos. Estos detalles se encontraban presentes en los informes de inteligencia proporcionados por Zanchetta a diversos clientes, muchos de los cuales aún permanecen en el anonimato”.

“Es crucial abordar este asunto con seriedad, ya que podría haber actualmente individuos llevando a cabo operaciones de inteligencia ilegal sobre la población en general. La necesidad de investigar y erradicar estas prácticas va más allá de cualquier consideración política y debería ser prioritaria para preservar la integridad y la privacidad de las personas”, subrayó.

La Agencia Federal de Inteligencia (AFI) no es ajena a la asignación de fondos especiales para llevar a cabo tareas de inteligencia, si bien no es la primera vez que se enfrenta a esta situación. Sin embargo, la atención se centra en la posibilidad de que dichas actividades estén dirigidas hacia la vigilancia de medios, periodistas u opositores con motivos quizás particulares.

En respuesta a este escenario, expresó su opinión: “Lo que me llama la atención es que, más allá de la historia de la AFI con fondos especiales para inteligencia, hoy en día este organismo parece haber perdido relevancia y funcionalidad. Desde la asunción de Alberto Fernández, la AFI no ha desempeñado un papel significativo, ya sea positivo o negativo, en la vida institucional de Argentina”.

“En la actualidad, la AFI parece ser más bien un ente burocrático, casi paquidérmico, cuyo presupuesto ni siquiera contempla la asignación de fondos reservados para remunerar a espías informales. En otras palabras, si hay individuos realizando actividades de espionaje para la AFI, están siendo compensados desde fuentes externas”.

“Por lo tanto, no veo que este sea un problema institucional relacionado directamente con la Agencia de Inteligencia. Personas como D’Alessio, por ejemplo, llevaban a cabo este tipo de investigaciones de manera independiente, financiándose mediante la extorsión. Lo utilizaban para obtener información y contactos que luego empleaban en su propio beneficio o en el beneficio de terceros. Esta situación me parece similar y no representa un problema estructural de la institución”.

“Sin embargo, es innegable que alguien está llevando a cabo estas prácticas y que hay un mercado para la compra de informes elaborados a través de la utilización de espionaje ilegal. En ese punto radica el meollo del asunto y es esencial identificar quién está realizando estas transacciones y consumiendo dicha información”.

Ante la pregunta sobre la recurrente vinculación del caso con el nombre del fiscal Nisman, el entrevistado respondió: “La verdad es que no lo sé. En relación con la muerte de Alberto Nisman, quiero afirmar de una vez por todas que dentro de ese baño no había ninguna otra persona que no fuera Alberto Nisman”.

“Es posible que alguien haya influido en él para tomar una decisión drástica, pero la investigación nunca apuntó en esa dirección. Lo que establece la investigación es que otras personas lo asesinaron dentro de ese baño, y está demostrado que es imposible”.

“Dado que Nisman acababa de denunciar a la entonces presidenta por encubrir el atentado contra la AMIA, no es sorprendente que se hayan generado alertas sobre sus futuras acciones o lo que poseía. No estoy diciendo que esté justificado, simplemente señalo que parece lógico”.

“Recientemente, surgió un elemento que relaciona a Zanchetta con una carpeta en su computadora que hace referencia a Nisman y a individuos vinculados a la investigación. No obstante, este dato no es nuevo, ya que desde 2015 ha sido publicado en varios medios, incluido mi trabajo en Tiempo Argentino, lo que generó la desaprobación de la fiscal Viviana Fein, quien estaba siguiendo esa línea de investigación y consideró que le arruiné la misma”.

“Sin embargo, esta información es conocida desde hace mucho tiempo, aproximadamente ocho años, sobre los entrecruzamientos telefónicos entre espías y funcionarios en el momento de la muerte de Nisman. Por lo tanto, resulta llamativo que se intente volver a discutir lo que ya se sabía. Además, durante los últimos dos años, ex agentes de la AFI han estado declarando sin que la causa haya avanzado en ninguna dirección concreta. La investigación no ha arrojado resultados significativos en cuanto a determinar quiénes entraron al departamento, cómo lo asesinaron y cómo escaparon sin dejar rastros, a pesar de casi ocho años de trabajo”.

Para concluir, expresó su perspectiva sobre el posible desarrollo futuro de este acontecimiento, destacando la extensa investigación que puede derivarse del abundante material contenido en el dispositivo tecnológico bajo custodia judicial. “Este tema va a cobrar mayor relevancia y se intensificará a medida que impacte en las perspectivas electorales del oficialismo. Además, tengo una visión algo conspirativa al respecto”.

“En mi opinión, en este momento no están centrados en condicionar las posibilidades del oficialismo para ganar el balotaje. Más bien, parece que buscan socavar la credibilidad de un sector específico dentro de esa coalición global, representada por Sergio Massa como candidato. En otras palabras, todo esto parece apuntar a debilitar la facción del kirchnerismo en su variante Cámpora dentro del eventual esquema de gobierno. Ese, a mi parecer, es el objetivo principal”, concluyó.