La discusión sobre si Argentina es un país caro o barato vuelve a ocupar un lugar central en la agenda económica, en un contexto marcado por la desinflación, la apertura comercial y los cambios en el esquema cambiario. Un informe reciente de la Fundación Mediterránea–IERAL aporta datos concretos al comparar precios locales con los de otros nueve países de América, Europa y Asia, y permite identificar en qué sectores el país pierde o gana competitividad.
El estudio, elaborado por los economistas Marcelo Capello y Federico Belich, analizó el nivel de precios de bienes y servicios en diciembre de 2025 y lo contrastó con mediciones previas de mayo y agosto del mismo año. El objetivo fue evaluar la evolución de los precios argentinos en relación con otros mercados, considerando la inflación, el tipo de cambio y las políticas comerciales e impositivas vigentes.
Tipo de cambio real y referencia internacional
Uno de los indicadores utilizados fue el tipo de cambio real multilateral (TCRM), que mide cuán caro o barato resulta un país frente a sus socios comerciales. En diciembre de 2025, el TCRM se ubicó en $1.439, un nivel 19,7% inferior al promedio de los últimos 25 años, estimado en $1.794. No obstante, el valor actual sigue siendo más alto que en otros períodos históricos de tipo de cambio bajo, como 2001, 2015, 2017 y fines de 2023.
Según el IERAL, durante el último cuarto de siglo el TCRM estuvo por debajo de su promedio de largo plazo en el 55% del tiempo, lo que refleja la recurrencia de etapas de menor competitividad cambiaria en la economía argentina.
Como complemento, el informe recurrió al índice Big Mac, que compara el precio de una misma hamburguesa en distintos países. En enero de 2025, el valor en Argentina alcanzó los 7 dólares, solo por debajo de Suiza. Tras una corrección cambiaria, en julio el precio descendió a 5,1 dólares, ubicando al país en una posición intermedia a nivel global, con valores similares a Australia y por encima de Chile y Brasil.
Alimentos y bebidas: una posición intermedia
En el rubro alimentos y bebidas, el relevamiento de diez productos en diez países mostró que Argentina resulta más cara en el 39% de los casos. Brasil presentó precios inferiores en nueve de los diez productos analizados, mientras que en Chile y Polonia cerca de la mitad de los artículos fueron más baratos que en el mercado local. En China, la proporción de precios inferiores llegó al 80%.
En contraste, en países como Estados Unidos, México, Australia, Francia y Corea del Sur, entre el 70% y el 100% de los productos relevados superaron los precios argentinos. Dentro de la canasta evaluada, el agua mineral aparece como uno de los productos más caros en el país, mientras que la carne bovina, las papas y algunos quesos se mantienen relativamente baratos, en parte por la alta productividad agropecuaria y la incidencia de los derechos de exportación.
Bienes durables, indumentaria y calzado: el mayor desfasaje
El mayor problema de competitividad se concentra en los bienes durables, la indumentaria y el calzado. En este segmento, Argentina fue el país más caro en el 81% de los casos analizados, aunque el porcentaje muestra una leve mejora frente al 90% registrado en agosto.
Autos, motos, electrodomésticos, ropa y calzado presentan precios sensiblemente más altos que en el resto de los países comparados. De acuerdo con los autores del informe, esta brecha se explica por la combinación de una elevada protección comercial y una fuerte carga tributaria interna, que incluye derechos de importación, IVA, Ingresos Brutos e impuestos específicos.
Tres productos —freidoras de aire, vestidos y zapatillas— resultaron más caros en Argentina que en todos los demás países del relevamiento. Aunque se trata de bienes transables, que deberían mostrar precios similares en dólares, las políticas comerciales e impositivas terminan encareciendo los valores locales.
Servicios: diferencias más acotadas
En servicios personales y familiares, Argentina aparece como más cara en el 32% de los casos, una mejora frente a mediciones previas. Comparada con Brasil, resulta más costosa en el 80% de los ítems; frente a China, en el 70%; y frente a Chile, en la mitad de los casos. En los países desarrollados, en cambio, los servicios suelen ser más caros que en el mercado argentino.
Los menús en restaurantes figuran entre los servicios más onerosos, mientras que las cuotas de gimnasios, el transporte urbano, la educación preescolar y el precio de la nafta se mantienen relativamente bajos, en parte por la incidencia de subsidios estatales.
Ranking global y conclusiones
Con datos de Numbeo sobre 100 países, el IERAL elaboró un ranking internacional de precios en dólares. Allí, los productos más caros de Argentina se concentran en indumentaria y calzado: un vestido de marca internacional ocupa el primer lugar mundial y las zapatillas deportivas el cuarto. En contraste, el vino de gama media, algunos cortes de carne y la cuota mensual de gimnasio figuran entre los más accesibles.
El informe concluye que Argentina sigue siendo un país caro en bienes durables, indumentaria y calzado, aunque con una brecha que comenzó a reducirse. En alimentos, bebidas y servicios de consumo, la posición es intermedia o relativamente favorable, con una mejora en la competitividad de precios durante los últimos meses de 2025.

