En el Ángelus, León XIV llamó a escuchar a Cristo que habla desde los pobres y los que sufren


Durante el rezo del Ángelus dominical en la plaza de San Pedro, el papa León XIV ofreció una reflexión centrada en el Evangelio según san Mateo y alentó a los fieles a no perder la esperanza en los momentos de prueba. En un contexto marcado por la celebración del Jubileo del mundo de las cárceles, el Pontífice subrayó que Jesús continúa hablándole a la humanidad a través de los pobres, los últimos y quienes padecen el sufrimiento.

Ante peregrinos de diversas nacionalidades, fieles y turistas, León XIV meditó sobre la figura de Juan el Bautista, encarcelado a causa de su predicación. Aun privado de la libertad, destacó el Papa, Juan no pierde la esperanza ni su libertad interior. “Incluso encadenado, Juan sigue siendo una voz libre en busca de verdad y justicia”, afirmó, al recordar la pregunta que el precursor dirige a Jesús desde la prisión: “¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?”.

El Pontífice explicó que la respuesta de Jesús no se presenta como un discurso abstracto, sino mediante signos concretos del amor de Dios manifestado en favor de los más frágiles. “Son los últimos, los pobres y los enfermos quienes hablan por Él”, señaló, destacando que Cristo revela su identidad a través de sus obras.

En este sentido, describió los signos evangélicos como una auténtica recreación de la persona humana: los ciegos recobran la vista, los sordos oyen, los mudos hablan, los enfermos sanan y los muertos vuelven a la vida. “Cuando Dios viene al mundo, se le ve”, subrayó, al afirmar que el Evangelio es, ante todo, una buena noticia para los pobres y para quienes han sido privados de sentido y esperanza.

El Papa se detuvo también en el poder liberador y sanador de la Palabra de Dios, que invita a la alegría porque Cristo es la esperanza, especialmente “en la hora de la prueba”, cuando la vida parece perder significado y se vuelve difícil escuchar al otro. En este marco, advirtió sobre los riesgos de las ideologías y de las apariencias que distorsionan la verdad y endurecen el corazón.

“Cristo da palabra a los oprimidos, vence la ideología que nos hace sordos a la verdad y sana las apariencias que deforman el cuerpo”, afirmó, al señalar que el Verbo de la vida redime del mal que conduce a una muerte interior.

Finalmente, León XIV exhortó a vivir el tiempo de Adviento uniendo la espera del Salvador con una mirada atenta a la acción de Dios en la historia concreta. “Así podremos experimentar la alegría de la libertad que se encuentra con su Salvador”, concluyó.