En el 2do Retiro Espiritual para Educadores, Mons. Martínez recordó que “ser cristiano, en primer lugar, es tener un encuentro con Jesús…”


En la mañana del sábado 2 de septiembre, en el Polideportivo “San Juan Pablo II” del Instituto San Alberto Magno de la ciudad de Posadas, se realizó el  2do RETIRO ESPIRITUAL PARA EDUCADORES organizado por la Secretaría Episcopal para la Educación y la Junta Diocesana de Educación Católica. Este año el lema convocante fue  del Evangelio según San Lucas: “…Jesús se acercó y siguió caminando con ellos…”.

Participaron alrededor de 350 personas que tienen distintos roles en la educación: equipos de conducción, docentes y no docentes de las instituciones educativas de gestión pública y privada de la Diócesis de Posadas.

Acompañó el Obispo de la Diócesis, Monseñor Juan Rubén Martínez, quien realizó la reflexión central que giró en torno al lema. Las palabras que el Obispo Juan compartió fueron de mucha esperanza, para que quienes se dedican a la educación: “Recuerden por más que existan dificultades y tengamos limitaciones, el Señor siempre nos sostiene, acompaña y sigue llamando”.

Monseñor Martínez inicio diciendo: “En las actividades diarias lo mejor que podemos hacer es preguntarnos ‘¿dónde estoy parado en todo esto que estoy haciendo?’… Los discípulos (retomando el Evangelio correspondiente al lema) se volvían desesperanzados y se suponía que sabían todo, porque habían vivido lo más importante de la historia de la Salvación, porque habían estado con el Maestro y ahora Jesús caminaba con ellos, pero no lo reconocían… Los ojos de los discípulos se abrieron recién al partir el pan…”

“… A nosotros también nos puede pasar esto, porque la fe se puede transformar en conceptos, porque uno tiene experiencias o conoce conceptos y muchas veces nos confesamos cristianos, pero la rutina y la vida, lo que vamos viviendo, muchas veces nos hace perder el ardor del corazón, el ardor de Él…”.

El Obispo también recordó que “ser cristiano, en primer lugar, es tener un encuentro con Jesús… Y nosotros muchas veces vivimos para afuera, extrovertidamente, pero tenemos que volver a nuestro interior y ver cómo estamos en relación con Jesús y dónde estamos parados en medio de lo que hacemos en la cotidianeidad…“.

Otros momentos que se pudieron compartir en el retiro fueron la Adoración Eucarística, reflexiones e intercambios grupales, animación, un desayuno y sorteos. La jornada finalizó con la Santa Misa, presidida por Monseñor Martínez y concelebrada por el Presbítero Licenciado Luis Alonso Freiberger, presidente de la Junta de Educación Católica de la Diócesis.

En la homilía, que estuvo a cargo del Padre Alonso, el sacerdote expresó: “A la luz del Evangelio vemos que Jesús nos envía con una misión, con una tarea en un mundo que nos presenta tantos desafíos… Tenemos que hacerlo en el marco de la fraternidad, como nos invita el Papa Francisco y para todo ello, en nuestros corazones tiene que latir el corazón de Jesús”.

“Perderemos nuestro Norte como educadores si en nuestro corazón no late el corazón de Jesús, si no logramos encarnar en nosotros aquellas formas y modos de Jesús y esto es clave para una cultura más auténticamente humana, donde el hombre no sea visto como un medio… Jesucristo nos envía con este mandato ‘que seamos vida para los demás’…”.

Finalizó recordando lo que dijo el Obispo, “que nosotros tenemos que transformar nuestra vida en pan para los demás, que nos dejemos partir para ser vida para los demás. Que el Señor nos conceda en nuestra misión y vocación ser vida para los demás y que podamos encarnar los modos y formas de Jesús.”

Por culminar el encuentro, el Obispo de la Diócesis de Posadas realizó una bendición especial y envío, a los participantes, para que sigan siendo testimonio del amor de Dios en sus comunidades y que el “Espíritu Santo sea el que nos acompañe en la tarea de evangelizar la educación y humanizar nuestra cultura… Que el Espíritu Santo los ayude, los anime, a cada uno de ustedes, a sus instituciones para poder responder a los desafíos actuales que nos son fáciles, pero que siempre con la fuerza del Espíritu tenemos esperanza”.