“No firmo porque no puedo. Vos el 10 de diciembre te vas y yo si te doy bola mi compañía se va al tacho. No puedo seguir con este nivel de inflación y sin poder aumentar, porque pongo en riesgo la salud de 2.000 familias, que dependen de nosotros”. La frase, cruda pero real, fue escuchada con sorpresa por Matías Tombolini, secretario de Comercio, y pertenece a un ejecutivo de una de las empresas de alimentos más importantes del país, que a fines de marzo se animó a tomar la decisión de salir del programa de Precios Justos.
El 7,7% de inflación pone en riesgo a Precios Justos: alarma para el Gobierno
Con una inflación de 7,7% en marzo, un acumulado del 36% desde que se relanzó la canasta oficial en octubre del año pasado, las empresas ya comienzan a advertir la crisis que se viene para la continuidad del programa hasta junio próximo.
De hecho, son varios los ejecutivos que tomaron la misma decisión de comenzar a sacar a sus empresas de Precios Justos por el mismo motivo: la imposibilidad de recuperar la suba de los gastos frente a los límites impuestos por el Gobierno, de permitir incrementos del 3,2% y mantener congelados otros 1.500 productos.
“El gremio logró un ajuste salarial del 45%, acumulado entre enero y abril y nosotros no podemos aumentar más del 3,2%, lo cual hace cada vez más inviable que podamos seguir en el programa”, se sinceró otro empresario consultado por iProfesional.
De hecho, el sindicato de la alimentación cerró una paritaria anual que ronda el 104%, que preocupa a las compañías del sector para poder hacer frente sin tener que meter subas solapadas en los precios.
“El azúcar la pagaba en octubre $120 y ahora me cuesta $290”, agregó otro empresario que utiliza el insumo para su producción, al igual que las cajas de cartón que ahora debe abonar con subas de hasta el 50%.
Empresarios amenazan con salirse de Precios Justos
Con este escenario, y un consumo doméstico en caída, las empresas alimenticias empiezan a rebelarse en contra de la continuidad del programa oficial lanzado por el ministro Sergio Massa, con el objetivo de reducir la inflación mediante un estricto control de precios que en realidad va camino al fracaso.
“A nosotros no nos gusta trabajar con inflación, porque de pasar de mirar costos cada cuatro meses ahora lo hacemos una vez por semana”, señaló otro hombre de negocios que también recordó la elevada carga impositiva que debe cumplir la industria.
En especial, aquellas que tienen la necesidad de importar materias primas que no existen en el mercado local y que con la nueva medida adoptada por el Gobierno sufren retenciones que las empresas recién pueden descontar a los nueve meses.
“Son medidas que terminan en el precio del producto, porque como empresa no podemos soportar financiar al Estado tanto tiempo”, agregaron los empresarios, quienes recordaron también los costos tributarios que tienen que cumplir como Ganancias, Ingresos Brutos, impuesto al Cheque, además de las cargas sociales y los salarios de la mano de obra.
En otros casos, hay empresas para las cuales Precios Justos abarca productos con un alto nivel de subsidio a través de los fideicomisos para la harina y el trigo, por ejemplo que, en la medida que se mantengan pueden seguir abasteciendo las góndolas con las pautas del programa.
Pero son pocas las empresas, ya que el resto, con estos niveles de inflación, advierten que la canasta se convertirá en “insostenible” y está en camino de sumarle un nuevo fracaso al Gobierno.