«Emma, un año después de su trasplante»: Un testimonio de esperanza y donación


En una emotiva entrevista con Radio TupaMbaé, Natalia, la madre de Emma, una niña que recibió un trasplante de órganos hace un año, compartió detalles sobre la situación de su hija y la importancia de la donación de órganos pediátricos.

Natalia expresó su gratitud por el apoyo que recibieron durante este difícil período y destacó la continua conversación sobre la donación de órganos pediátricos. «En primer lugar, déjame agradecer por este llamado y porque no nos dejaron solos hace un año. Y hoy siguen hablando con nosotros de donación de órganos y de donación de órganos pediátricos, sobre todo», dijo.

Emma, un año después del trasplante

«Se encuentra en buen estado de salud y ha comenzado a dar sus primeros pasos con ayuda».

Al describir el proceso de un año de cuidados necesarios, Natalia mencionó que al principio tenían que viajar a Buenos Aires cada 45 días para realizar controles médicos con los especialistas que realizaron el trasplante. Con el tiempo, la frecuencia de los controles disminuyó, y el último control en agosto fue exitoso. Aunque todavía tienen que volver el próximo mes, están agradecidos por la evolución positiva de Emma.

Natalia compartió que Emma puede comer alimentos sólidos por boca, pero aún necesita una sonda nasogástrica para recibir leche y medicación. Esto se debe a su condición previa de desnutrición grave, que afectó su peso antes del trasplante. La sonda nasogástrica es esencial para garantizar que su cuerpo reciba los nutrientes necesarios para crecer y mantenerse saludable.

La agradecida mamá y familia de Emma participaron en una actividad destinada a crear conciencia sobre la donación de órganos pediátricos. Aunque Natalia mencionó que la palabra «celebrar» es fuerte en este contexto, destacó la importancia de hablar sobre la donación de órganos en la familia y con amigos para que las personas estén preparadas en caso de una situación difícil. Además, señaló que en el caso de los niños, la decisión recae en los adultos y subrayó la importancia de la solidaridad en la donación de órganos.

La familia compartió su experiencia con quienes se unieron a la caminata en la costanera de Posadas y destacó que todavía hay alrededor de 200 niños en lista de espera para trasplantes. Natalia también enfatizó que de cada mil donantes, solo cuatro son compatibles y efectivos, lo que subraya la necesidad de seguir promoviendo la donación de órganos.

Por último describió este último año, como un período de aprendizaje y un nuevo comienzo para su familia. Cada viaje a Buenos Aires representaba una prueba y una responsabilidad significativa. La familia siente la necesidad de llevar la bandera de la donación pediátrica y cuidar a Emma y el nuevo corazón que le permite estar con ellos. También hicieron un llamado a la comunidad y a los medios de comunicación para continuar apoyando a las personas que tienen esperanzas en los trasplantes.