El papa León XIV aprobó este jueves el decreto del Dicasterio para las Causas de los Santos que reconoce un milagro atribuido a la intercesión del venerable empresario argentino Enrique Shaw, fundador de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE). La decisión abre formalmente el camino para su proclamación como beato.
La aprobación tuvo lugar durante una audiencia concedida por el Sumo Pontífice al cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio, en la que se autorizaron los decretos correspondientes a diversas causas, entre ellas la del fiel laico, padre de familia y dirigente empresario argentino.
Enrique Shaw nació el 26 de febrero de 1921 en París, Francia, y falleció el 27 de agosto de 1962 en Buenos Aires. Su figura es reconocida por haber integrado de manera ejemplar la fe cristiana con la actividad empresarial y el compromiso social.
El milagro reconocido
El milagro atribuido a la intercesión de Shaw consiste en la curación científicamente inexplicable de un niño de seis años que había sufrido un grave accidente tras ser golpeado por un caballo. Como consecuencia del impacto, el menor padeció un severo traumatismo de cráneo, perdió el conocimiento y debió ser trasladado de urgencia en avión para recibir atención médica especializada.
Ante la gravedad del cuadro, los padres del niño —vinculados a la ACDE— rezaron intensamente pidiendo la intercesión de Enrique Shaw. De manera inesperada, el niño experimentó una recuperación rápida y completa, sin que los médicos pudieran ofrecer una explicación científica para su evolución favorable. Poco tiempo después retomó su vida normal.
El proceso hacia la beatificación
En abril de 2021, el papa Francisco había autorizado la promulgación del decreto que reconoció las virtudes heroicas de Enrique Shaw, declarándolo venerable. En enero de 2025, el presunto milagro superó la evaluación de la comisión médica del Dicasterio y, posteriormente, recibió el dictamen favorable de la Comisión Teológica.
El 17 de junio, dicha comisión aprobó de manera unánime la validez de la oración de intercesión dirigida al candidato y los frutos obtenidos, paso decisivo para la aprobación pontificia del milagro.
Una vida marcada por la fe y el compromiso social
Huérfano de madre desde muy pequeño, Enrique Shaw recibió su formación inicial bajo la guía de un sacerdote, por deseo expreso de su padre. Estudió en el Colegio De La Salle y luego ingresó a la Escuela Naval Militar, donde dio muestras tempranas de su profunda vida de fe y de su vocación apostólica.
En 1943 contrajo matrimonio con Cecilia Bunge, con quien formó una familia de nueve hijos. Dos años más tarde solicitó la baja de la Armada Argentina para responder a lo que entendía como un llamado particular de Dios. Si bien en un primer momento sintió el deseo de convertirse en obrero, el discernimiento espiritual lo llevó a asumir su misión evangelizadora en el ámbito empresarial.
Se desempeñó como director delegado de Cristalerías Rigolleau S.A., donde fue reconocido por su trato cercano y fraterno con los trabajadores, su preocupación por la dignidad laboral y su compromiso con la justicia social. Su gestión fue considerada un testimonio concreto de la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia en la empresa.
Impulsor y primer presidente de la ACDE, Shaw también integró el primer Consejo de Administración de la Universidad Católica Argentina (UCA), colaboró activamente con la Acción Católica Argentina (ACA) y el Movimiento Familiar Cristiano (MFC), y promovió la sanción de la Ley de Asignaciones Familiares.
Desde joven, Enrique Shaw manifestó el propósito de recorrer un camino de santidad. Su vida, marcada por la fe, la familia y el trabajo al servicio de los demás, es presentada hoy como un modelo de santidad laical en el mundo contemporáneo.

