El Pregón Pascual: Una Proclamación de Luz y Esperanza


En la oscuridad de la noche, cuando las sombras del pecado y la muerte parecen envolvernos, surge una voz que rompe el silencio con palabras de luz y esperanza. Es el Pregón Pascual, una antiquísima tradición de la liturgia cristiana que anuncia la victoria de la vida sobre la muerte, de la luz sobre las tinieblas.

En cada Vigilia Pascual, cuando el mundo se sumerge en la espera expectante del amanecer del Domingo de Resurrección, el Pregón Pascual resuena en las iglesias con un mensaje de alegría indescriptible. Es un canto que atraviesa los siglos, desde las primeras comunidades cristianas hasta nuestros días, proclamando la grandeza del misterio pascual.

El Pregón Pascual no es simplemente una serie de palabras recitadas, sino un poema vivo que nos sumerge en la historia de la salvación. Desde la creación del mundo hasta la resurrección de Cristo, recorre los eventos centrales del Antiguo Testamento que prefiguran y anuncian el triunfo de la vida nueva en Cristo Jesús.

En sus versos, escuchamos el eco de la voz de Moisés que clama: «Resplandece tu luz sobre nosotros, Señor». Sentimos la emoción de la liberación del pueblo de Israel en el paso del Mar Rojo. Contemplamos el fulgor de la llama del cirio pascual, símbolo de Cristo resucitado, que disipa las tinieblas del pecado y de la muerte.

Pero más allá de las palabras, el Pregón Pascual es un llamado a la esperanza, un recordatorio de que la luz de Cristo nunca se apaga, incluso en los momentos más oscuros de nuestras vidas. Nos invita a creer en el poder transformador del amor divino, que es capaz de restaurar lo que parecía perdido y de dar vida donde reinaba la muerte.

En medio de un mundo marcado por el sufrimiento y la desesperanza, el Pregón Pascual nos recuerda que la Resurrección de Cristo es la fuente inagotable de nuestra alegría y nuestra fortaleza. Nos invita a renovar nuestra fe en el misterio pascual, a abrir nuestros corazones a la luz del Evangelio y a dejar que su resplandor ilumine nuestros caminos.

Dejemos que el Pregón Pascual resuene en lo más profundo de nuestros corazones, llenándonos de gozo y de esperanza. Que su mensaje de vida nueva nos impulse a vivir como testigos de la Resurrección, llevando la luz de Cristo a un mundo que tanto necesita de ella.