En el majestuoso escenario de la Plaza de San Marcos en Venecia, el Papa Francisco convocó al encuentro, la inclusión y el cuidado de nuestra casa común durante la misa que presidió este domingo.
Ante aproximadamente 10.500 fieles reunidos en la Plaza de San Marcos, el Papa destacó el papel que Venecia puede desempeñar como un faro de belleza y fraternidad accesible para todos, especialmente para los más necesitados. Bajo el tema de “Permanecer unidos en el amor de Cristo”, Francisco instó a la comunidad a mantenerse firmes en su fe y a reflejarla en acciones concretas de amor y solidaridad.
Basándose en el Evangelio de Juan, el Papa utilizó la metáfora de la vid y los sarmientos para ilustrar la importancia de mantener una conexión con Jesús. Así como una viña requiere cuidado para dar frutos, nuestras vidas florecen cuando están nutridas por el amor de Dios.
El Papa también vinculó el mensaje espiritual con la realidad física e histórica de Venecia, conocida por su producción de vino. En esta ciudad construida sobre el agua, Francisco destacó la importancia de preservar tanto su entorno natural como el patrimonio humano.
Sin embargo, el llamado del Papa no se limitó a lo espiritual y lo ambiental, sino que también abordó los desafíos sociales y culturales que enfrenta Venecia. En un mundo marcado por el cambio climático y la fragmentación social, el Papa instó a tomar decisiones cuidadosas para proteger tanto el medio ambiente como la diversidad cultural.
En última instancia, el mensaje del Papa Francisco resonó como un llamado a la acción tanto para la comunidad cristiana como para la sociedad en general. En un momento en que la hospitalidad y la inclusión son más necesarias que nunca, Venecia se erige como un símbolo de esperanza y fraternidad, un faro de luz en un mundo necesitado de amor y solidaridad. Con información de AICA