En un evento histórico que marcó la Primera Jornada Mundial del Niño, el Sumo Pontífice se reunió con aproximadamente 70,000 niños de diversos países en el Estadio Olímpico de Roma. La jornada, centrada en el tema de la paz, fue una celebración vibrante y un llamado a la solidaridad global.
El Papa fue recibido con entusiasmo a su llegada en el papamóvil, mientras el coro de la diócesis de Roma entonaba el himno oficial de la jornada, “Un mundo hermoso”. En su discurso inicial, Francisco destacó que “en los niños todo habla de vida y de futuro” y reafirmó el compromiso de la Iglesia de acompañar a los más jóvenes con ternura y esperanza.
Reflexiones y oraciones por los niños afectados por la guerra y la injusticia
Francisco se inspiró en un encuentro previo con niños en el Vaticano para convocar esta jornada. Durante su discurso, planteó preguntas sobre las guerras y sus efectos devastadores, instando a los niños a orar por aquellos que sufren la guerra, el hambre y la injusticia. “¿Estás triste por las guerras?” y “¿Es hermosa la paz?” fueron algunas de las preguntas que dirigió a los jóvenes presentes, promoviendo una reflexión profunda y compasiva.
Un diálogo animado sobre la paz y la fe
El evento continuó con un diálogo interactivo entre el Papa y niños representantes de los cinco continentes. Jerónimo, desde Colombia, preguntó si la paz siempre es posible, a lo que el Papa respondió enfatizando la importancia del perdón. Lia Marise, de Burundi, inquirió sobre cómo los niños pueden mejorar el mundo. “No discutan, ayuden a los demás”, aconsejó Francisco.
Una niña de Indonesia preguntó qué milagro elegiría realizar. Francisco expresó su deseo de que todos los niños tuvieran lo necesario para vivir, comer, jugar y estudiar. Este milagro, dijo, es esencial en un mundo marcado por la desigualdad y el egoísmo.
La jornada estuvo llena de momentos alegres, incluyendo música, un breve vídeo y un partido de fútbol con futbolistas italianos. Los niños ofrecieron sus dibujos al Papa como símbolo de sus esperanzas y sueños. El Papa concluyó la jornada invitando a los niños a rezar con él el Ave María y anunciando que se volverán a encontrar el domingo en la Plaza de San Pedro para la Misa en la Solemnidad de la Santísima Trinidad.
Este evento no solo celebró la paz y la solidaridad, sino que también subrayó el papel crucial de los niños como constructores del futuro y portadores de esperanza.
Con información de AICA y fotografía de VaticanMedia (El Papa celebró la Primera Jornada Mundial de los Niños en el Estadio Olímpico de Roma)