El Papa: el Espíritu Santo, fuente de esperanza


En la segunda Audiencia General de diciembre, el Papa Francisco cerró su ciclo de catequesis titulado «El Espíritu Santo y la Esposa: El Espíritu Santo guía al Pueblo de Dios hacia Jesús, nuestra esperanza». En sus palabras, el Pontífice destacó la figura del Espíritu Santo como el pilar de la esperanza cristiana y como la fuerza motriz que impulsa a la Iglesia a avanzar en el mar de la historia.

Francisco subrayó que la esperanza cristiana no es un simple deseo ni una ilusión, sino una certeza que nace de la fidelidad de Dios. Esta virtud teologal, infundida por el Espíritu Santo, tiene a Dios como su fuente y garantía. En este contexto, el Papa recordó que la Iglesia no está llamada solo a poseer esperanza, sino a irradiarla y sembrarla, especialmente en momentos difíciles, cuando todo parece invitar a rendirse.

Una Esperanza activa que transforma

El Santo Padre describió la esperanza como una virtud activa que no solo confía en el futuro, sino que trabaja para construirlo. Inspirándose en el teólogo belga José Comblin, quien dedicó su vida a la lucha por la liberación de los pobres, Francisco destacó que el Espíritu Santo es la fuerza que se manifiesta en los más débiles, guiando la lucha por la justicia y la emancipación.

Esta fuerza, explicó el Papa, debe ser alimentada y cultivada por los creyentes, que están llamados no solo a conservar la esperanza, sino a compartirla y expandirla. El cristiano, dijo Francisco, debe ser un «sembrador de esperanza,» irradiando este don como la contribución más valiosa de la Iglesia a la humanidad.

El Espíritu Santo, el «Alter Ego» de Cristo

El Pontífice se refirió al grito de la Iglesia y del Espíritu hacia Cristo resucitado, “¡Ven, Señor!”, expresado desde los primeros cristianos como “Maràna tha”. Este clamor refleja la espera continua de la venida de Cristo, tanto en su retorno final como en su presencia cotidiana en la vida de la Iglesia.

Después de la Resurrección, explicó Francisco, el Espíritu Santo se convierte en el «alter ego» de Cristo, haciendo presente y operante al Señor en la vida de los fieles. Es Él quien anuncia las cosas futuras, despierta el deseo y renueva la esperanza en el corazón del Pueblo de Dios.

Un Jubileo de la Esperanza

A dos semanas del inicio del Jubileo Universal Ordinario, el Papa recordó que el Espíritu Santo es el protagonista que impulsa a la Iglesia hacia este tiempo de gracia. Con esta catequesis, Francisco dejó un mensaje claro: la esperanza cristiana es el motor que transforma el presente y nos guía hacia un futuro lleno de promesas, siempre bajo la acción del Espíritu Santo, quien nos conduce al encuentro con Cristo.

La invitación final del Pontífice es clara: cultivar la esperanza como una virtud activa, sembrarla en el mundo y vivirla con amor, para que cada cristiano sea un testigo luminoso de la promesa divina en la historia.