El Papa convoca a una paz “desarmada y desarmante” en el inicio del año 2026


La Iglesia católica iniciará el año 2026 con la celebración de la 59ª Jornada Mundial de la Paz, que tendrá lugar el 1° de enero, en la solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Para esta edición, el papa León XIV eligió como lema: “La paz esté con todos ustedes: hacia una paz desarmada y desarmante”.

En su mensaje, el Pontífice dirige un firme llamado a los líderes mundiales a retomar el camino del desarme, la diplomacia y el respeto al derecho internacional, y a fortalecer las instituciones supranacionales frente a la creciente lógica de la militarización y el miedo. Advierte que el mundo atraviesa un momento crítico, marcado por la normalización de la guerra, el aumento del gasto militar y la erosión de la confianza entre las naciones.

León XIV denuncia que la disuasión armada —en particular la nuclear— se sostiene en el temor y no en la justicia ni en el derecho, y que lejos de garantizar seguridad profundiza la inestabilidad global. Frente a este escenario, propone una paz “desarmada y desarmante”, inspirada en el Evangelio, que no responde a la violencia con más violencia, sino con diálogo, claridad moral y conversión interior.

El mensaje subraya que la paz cristiana no es pasiva, sino activa y transformadora, capaz de interpelar estructuras fundadas en la fuerza. En este sentido, el Papa alerta también sobre los riesgos éticos del uso de nuevas tecnologías aplicadas a la guerra y reclama que las decisiones sobre la vida y la muerte no sean delegadas a las máquinas ni subordinadas a intereses económicos.

Asimismo, insiste en que el desarme debe ser integral: no solo de armas, sino también de corazones y mentalidades. La verdadera paz —afirma— se construye sobre la confianza mutua y exige un compromiso personal, social y político sostenido en el tiempo.

En un horizonte de esperanza, León XIV invita a la humanidad a acoger la paz como un don que habita en las personas y que, cuando es recibido, tiene la fuerza de desarmarlas y transformarlas.

Una jornada con historia

La Jornada Mundial de la Paz fue instituida por el papa Pablo VI en diciembre de 1967 y celebrada por primera vez el 1° de enero de 1968, en el contexto de la guerra de Vietnam y del llamado a un alto el fuego en ese conflicto. Pablo VI estableció además la celebración de la solemnidad de Santa María, Madre de Dios, en la misma fecha.

Desde entonces, los pontífices han mantenido esta conmemoración anual, acompañándola con mensajes centrados en los principales desafíos internacionales de cada época, como expresión del compromiso permanente de la Iglesia con la construcción de la paz.