El próximo 24 de agosto, a las 19 horas, la comunidad de Garupá vivirá un momento histórico con la creación de la parroquia María Auxiliadora y la asunción de su primer párroco, el padre Juan Antonio “Juanse” Ruiz Díaz. La ceremonia estará acompañada por la coronación de la imagen de la Virgen, en un gesto de profunda tradición y devoción popular.
En diálogo con Radio Tupambaé, el sacerdote compartió recuerdos y experiencias de sus cuatro años y medio como párroco de San Roque González de Santa Cruz, en el barrio A4 de Posadas, y expresó la mezcla de sentimientos que le genera su traslado. “Me voy triste por dejar una comunidad que me recibió como en casa, pero feliz porque el obispo confía en mí para comenzar una parroquia desde cero”, afirmó.
El sacerdote destacó que su actual parroquia ocupa un lugar especial en su vida: allí recibió la confirmación, inició su camino vocacional y fue el primer sacerdote ordenado para esa comunidad. “Siempre alenté a los jóvenes a soñar con una vocación, como yo lo hice en este mismo barrio”, recordó.
Su llegada al A4, en febrero de 2021 y en plena salida de la pandemia, estuvo marcada por el desafío de reactivar las celebraciones y la catequesis. “Encontré una comunidad con ganas de trabajar. Se sumaron a todas mis locuras: procesiones, fiestas patronales, confirmaciones, comuniones… siempre con mucha alegría”, relató.
Sobre su nueva misión, el sacerdote explicó que la parroquia María Auxiliadora contará con ocho capillas y una rica historia de fe. “La imagen de la Virgen tiene casi 100 años y es la patrona para muchos vecinos de Garupá, aunque haya otras parroquias en la zona. Ahora, la comunidad dejará de ser capilla para convertirse en madre de todas esas capillas”, señaló.
El día de su asunción también se coronará a la Virgen, reponiendo un símbolo que había sido sustraído hace años. “No tiene valor económico, pero sí un enorme valor espiritual y afectivo para la gente”, subrayó.
Con ocho años de sacerdocio y esta como su segunda parroquia, el padre Juanse se muestra entusiasmado con el nuevo desafío. “Quiero respetar las tradiciones, sumar actividades y trabajar junto a la gente. El primer año siempre observo, no cambio nada. Luego, de a poco, vamos construyendo juntos”, expresó.
Finalmente, dejó un mensaje de cercanía para su futura comunidad: “No necesito asados ni grandes banquetes, con un buen reviro o un guiso ya soy feliz. Lo importante es compartir. Voy para ser pastor con olor a oveja, como nos pide el Papa Francisco”.