En un hecho histórico para la comunidad de Garupá, el obispo de Posadas erigió la nueva parroquia María Auxiliadora y designó al joven sacerdote Juan Antonio Ruíz Díaz —conocido como padre Juanse— como su primer párroco. La celebración se realizó el domingo por la noche y contó con la presencia de autoridades civiles, representantes de instituciones y numerosos fieles de distintas comunidades.
El nuevo párroco, de 35 años, compartió sus primeras impresiones en diálogo con Radio Tupambaé. “Fue un día cargado de emociones, entre lágrimas y agradecimientos. Dejé atrás la comunidad de San Roque González, en el barrio A4 de Posadas, que me marcó profundamente, y ahora comienzo esta nueva misión en Garupá”, expresó.
La misa de creación de la parroquia María Auxiliadora estuvo presidida por el obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, acompañado de sacerdotes, diáconos, seminaristas y delegaciones de varias comunidades. Durante la ceremonia, se coronó nuevamente la imagen de la Virgen , de casi cien años de antigüedad, en un gesto simbólico que selló el inicio de esta etapa pastoral.
El padre Juanse reconoció el gran desafío que implica conducir una parroquia que abarcará inicialmente nueve comunidades. “Ahora ya no somos capilla, somos parroquia. Eso significa acompañar a otras comunidades, asumir una mirada más amplia, integral, que no se limite a un solo barrio”, señaló.
Consciente de la magnitud del trabajo que lo espera, destacó la necesidad de avanzar de manera progresiva: “El primer año me gusta escuchar, conocer a la gente, sin hacer grandes cambios. Luego poco a poco vamos incorporando nuevas propuestas. La comunidad tiene muchas ganas de trabajar y de crecer”.
La nueva parroquia María Auxiliadora será también un espacio de integración comunitaria. “Aunque no tengamos un colegio parroquial, debemos acompañar a las escuelas, estar cerca de las familias, ayudar en lo espiritual, en la salud y también en lo social. La Iglesia debe estar donde está la gente”, subrayó el sacerdote.
El padre Juanse, quien cumplirá ocho años de sacerdocio, estará acompañado en esta misión por el diácono Antonio, conocido cariñosamente como “Cocón”. De momento, residirá en la casa parroquial de Luján, hasta que la comunidad de María Auxiliadora pueda construir la suya propia.
Finalmente, el flamante párroco agradeció la confianza depositada por el obispo y pidió el acompañamiento de la comunidad: “Es un desafío hermoso que Dios me confía. Sé que no será fácil, pero con la oración, la fe y la fuerza de los vecinos, podremos hacer crecer esta nueva parroquia”.