En la Casa Rosada se descarta la demolición del emblemático edificio ubicado sobre la avenida 9 de Julio. Sin embargo, en 2025 se podría tomar una decisión sobre su destino, con opciones que incluyen la subasta, el cierre total o su reconversión en un complejo habitacional.
El edificio, construido en 1936 como sede del Ministerio de Obras Públicas y que actualmente alberga al Ministerio de Salud y dependencias de Capital Humano, enfrenta problemas de infraestructura y elevados costos de mantenimiento. Según fuentes oficiales, su estado es “antiguo y costoso”, con ascensores fuera de servicio, sistemas de climatización obsoletos y oficinas con escasa ventilación e iluminación.
Opciones en evaluación
Entre las alternativas, se destaca la posibilidad de subastar el inmueble, lo que involucraría a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE). La venta requeriría la aprobación del presidente Javier Milei y del jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Otra propuesta en análisis es convertir el edificio en un complejo habitacional de 400 viviendas, mediante un proyecto que sería licitado a desarrolladores privados, en colaboración con la Secretaría de Vivienda de la Nación.
El cierre total y el traslado de las oficinas a edificios más modernos también figuran entre las opciones, dado que parte de las dependencias ya fueron trasladadas a la Casa Patria Libertad.
Un debate político y cultural
El futuro del edificio Evita se enmarca en un contexto de transformación impulsado por el Gobierno, que incluye la remoción de símbolos asociados a gestiones anteriores. En los últimos meses, se retiraron cuadros y bustos de Néstor Kirchner y se cubrieron murales con su imagen en diversas dependencias.
Con más de 30.000 m², la demolición del edificio implicaría un costo estimado en $1.370 millones, motivo por el cual esta opción parece poco viable. En cambio, la subasta o la reconversión a viviendas representan alternativas más económicas y funcionales, aunque también demandarían un consenso político y social.
La decisión final podría tener impacto no solo en el ámbito urbanístico, sino también en el legado histórico y cultural de uno de los íconos de la avenida 9 de Julio. TN