El Gobierno continúa retirando símbolos kirchneristas de edificios públicos


El Gobierno nacional avanza con una serie de medidas para reordenar los espacios públicos y distanciarse de la simbología kirchnerista. En las últimas horas, el Ministerio de Capital Humano inició un proceso que busca “garantizar la neutralidad partidaria” en edificios estatales. Esta cruzada comenzó el viernes con el retiro del busto de Néstor Kirchner en las oficinas de la ANSES, ubicadas en el microcentro porteño, y con la remoción de pósters y gigantografías de Eva Perón en la misma sede.

Según explicó el subsecretario de Prensa, Javier Lanari, la medida se enmarca en una política de “deskirchnerización” que eliminará símbolos relacionados con los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, acusados por el Ejecutivo de corrupción y malas prácticas administrativas. “En los edificios públicos ya no se homenajean corruptos ni saqueadores del Estado”, sostuvo Lanari en sus redes sociales.

La remoción de símbolos kirchneristas

El busto de Néstor Kirchner, retirado de la ANSES, no pertenecía al patrimonio del ente público, sino que había sido un obsequio de los gremios vinculados con la agencia. Según las autoridades, la escultura permanecerá en un depósito en Canning, al sur del conurbano bonaerense, hasta que sea reclamada por los sindicatos. Esta acción se suma a una serie de gestos simbólicos, como el cambio de nombre del Centro Cultural Néstor Kirchner (CCK), que el 10 de octubre pasó a denominarse Centro Cultural Palacio Libertad Domingo Faustino Sarmiento.

La remoción de símbolos también ha incluido el retiro de una estatua de Kirchner, ubicada en el CCK, que fue colocada en 2020 como parte de un homenaje por el décimo aniversario de su muerte. El monumento, que originalmente fue instalado en la sede de la Unasur en Quito, Ecuador, había costado al Estado argentino aproximadamente 114.000 dólares.

Reacciones y críticas

La decisión de retirar los bustos y símbolos de la era kirchnerista no estuvo exenta de controversia. Desde el Sindicato de Trabajadores de la Administración Nacional de la Seguridad Social (SECASFPI) se calificó la medida de “autoritario” y en referencia a la dictadura de 1955, cuando el gobierno de facto derrocó a Juan Domingo Perón, compararon al actual gobierno con la “Revolución Libertadora”. A través de un comunicado, el sindicato criticó lo que consideran un “desmantelamiento de la memoria histórica” y una amenaza a las conquistas sociales de los últimos años.

En contraste, legisladores de la oposición como Ramiro Marra (La Libertad Avanza) celebraron las medidas y aseguraron que “si Néstor Kirchner estuviera vivo, también estaría condenado”. La política de eliminación de símbolos kirchneristas también coincide con la oficialización de la baja de la pensión de privilegio de Cristina Kirchner, quien enfrenta una condena judicial por corrupción.

Otras medidas simbólicas

Este proceso de “deskirchnerización” no se limita a la remoción de bustos y estatuas. En los últimos meses, el gobierno de Javier Milei ha continuado con la reconfiguración simbólica de diferentes espacios. En marzo, la Casa Patria Grande “Néstor Kirchner” fue rebautizada como Casa Patria Libertad, y en la Casa Rosada se anunciaron cambios como el reemplazo del “Salón de las Mujeres” por el “Salón de los Próceres”, en un intento por revisar los legados de los gobiernos anteriores.

El pasado 24 de marzo, el gobierno también conmemoró el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, aunque con un enfoque distinto al de los gobiernos kirchneristas, al presentar un mensaje que abogó por una “memoria completa”. De manera similar, el 2 de abril, el Salón de los Pueblos Originarios de la Casa Rosada fue renombrado como “Héroes de Malvinas”, en un claro homenaje a los caídos en la guerra de 1982.

La disputa sobre la memoria histórica

El retiro de figuras y símbolos del kirchnerismo refleja una disputa más amplia sobre la memoria histórica y el lugar de los últimos gobiernos peronistas en la narrativa oficial. Mientras que el oficialismo justifica estos cambios como parte de un proceso de normalización institucional y de “necesidad de igualdad” en los espacios públicos, sectores del kirchnerismo y organizaciones sociales los consideran un intento de borrar o reescribir la historia reciente de Argentina.

Con cada medida, el gobierno de Javier Milei continúa marcando un distanciamiento claro respecto de la administración kirchnerista, tanto en lo simbólico como en lo político, en un contexto de reconfiguración ideológica del país. Infobae