El Gobierno anuncia protocolo antipiquetes aéreos para contener conflictos en aeropuertos y limitar el poder sindical


La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunció que el Gobierno nacional está trabajando en un nuevo protocolo destinado a enfrentar bloqueos y protestas en los aeropuertos del país, con el objetivo de limitar el impacto de los gremios aeronáuticos sobre las operaciones y los pasajeros. La medida se activa luego de un sorpresivo paro de Intercargo, la empresa estatal encargada de los servicios de rampa, que el pasado miércoles dejó a Aeroparque y Ezeiza en una situación caótica.

La iniciativa, conocida informalmente como «protocolo antipiquetes aéreos,» busca que las fuerzas de seguridad, específicamente la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), puedan intervenir activamente en las protestas gremiales para proteger el normal funcionamiento de los aeropuertos y garantizar los derechos de los pasajeros. Según fuentes del Ministerio de Seguridad, esta medida se considera un «punto de no retorno» en la relación entre el Ejecutivo y los gremios aeronáuticos.

El conflicto más reciente se originó tras el despido de un empleado de Intercargo, la empresa estatal encargada de los servicios de rampa en los aeropuertos. El paro, apoyado por otros sindicatos del sector, llevó al Gobierno a evaluar la privatización o disolución de Intercargo como una posible solución. Actualmente, empresas privadas como Flybondi ya prestan servicios de rampa en el Aeropuerto de Ezeiza, y el Gobierno no descarta abrir el mercado a más prestadores.

Los gremios aeronáuticos llevan semanas solicitando una mesa de diálogo que, finalmente, se establecerá este viernes. Sin embargo, la fuerte respuesta del Ejecutivo ante las protestas ha generado tensión en ambas partes. Desde el Ministerio de Seguridad se señaló que los sindicalistas podrían enfrentar cargos por «privación ilegítima de la libertad, extorsión y entorpecimiento del transporte aéreo.»

El protocolo implicaría que la PSA pudiera encargarse de los servicios de rampa en casos extremos, asegurando así que los pasajeros no queden atrapados en los aviones en situaciones de huelga o protestas. Esta posibilidad ha sido reforzada tras las declaraciones de Bullrich, quien advirtió que la disolución de Intercargo está en consideración si persisten las acciones de los gremios.

Las declaraciones del titular de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), Edgardo Llano, también han elevado la tensión, ya que señaló que el sindicato no está dispuesto a presentar un plan de trabajo sin días de paro, como exige Aerolíneas Argentinas. Con el inicio de la temporada alta de verano y diciembre a la vuelta de la esquina, ambas partes parecen conscientes de que el conflicto podría escalar si no se alcanza una solución rápida.

El Gobierno avanza con el protocolo antipiquetes, confiando en que el tiempo corre en contra de los gremios; sin embargo, los sindicatos sostienen que la cercanía de las vacaciones podría jugar a su favor, elevando la presión sobre el Ejecutivo. TN