El Gobierno busca que la Comisión Bicameral de Tratamiento Legislativo apruebe rápidamente el pedido de autorización para firmar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En un contexto de alta urgencia económica, la Casa Rosada prepara un decreto de necesidad y urgencia (DNU) que será enviado al Congreso para su convalidación.
Este DNU será sometido a la Comisión Bicameral, que tiene hasta 10 días hábiles para emitir un dictamen. De ser aprobado, el acuerdo pasará a la Cámara de Diputados para su discusión. Según la ley vigente, un solo rechazo de una de las cámaras del Congreso puede invalidar el decreto, un detalle que ha sido objeto de duras críticas, especialmente a la Ley Guzmán, que establece la necesidad de un aval parlamentario para acuerdos internacionales.
Fuentes oficiales confirmaron que el DNU incluirá una fuerte defensa del procedimiento y una crítica a la normativa impulsada por Martín Guzmán, en la que se plantea que, históricamente, los acuerdos con el FMI han sido responsabilidad exclusiva de los Ejecutivos. «Fue un acto de cobardía de un mal ministro, en un momento de debilidad de un mal presidente», expresó un alto funcionario en referencia a la ley aprobada en 2006 por Cristina Kirchner.
El Gobierno confía en que la aprobación rápida del DNU será una señal positiva tanto para los mercados como para la política interna, ya que espera lograr un acuerdo ágil en Diputados. La decisión de avanzar por esta vía se tomó en una reunión en Casa Rosada, en la que se coincidió en la importancia de acelerar el proceso para mejorar el clima económico.
Mientras tanto, el Senado, donde la relación de fuerzas es más compleja, se perfila como un desafío para el oficialismo, que tendrá que manejar la resistencia de bloques como el kirchnerismo y otros nuevos aliados. Sin embargo, en el oficialismo se muestran optimistas respecto a la posibilidad de alcanzar los votos necesarios para la aprobación del acuerdo.