En el marco de la 5ª Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) emitió un mensaje en el que expresa su profunda preocupación por la situación que atraviesen muchos adultos mayores en el país, denunciando un “abandono silencioso” y cuestionando las políticas de recorte que afectan áreas sensibles para este sector de la población.
En el mensaje, los obispos argentinos agradecen a Dios “el testimonio, la entrega y la presencia” de tantos abuelos y personas mayores en la vida de la sociedad. También expresan su gratitud por los sacerdotes ancianos que continúan sirviendo con generosidad a la Iglesia. Sin embargo, advierten que “no pueden callar” frente al sufrimiento cotidiano de miles de adultos mayores.
“Aun habiendo trabajado toda la vida, en muchos casos dependen de sus familias para subsistir. Nos duelen esas escenas cotidianas de abuelos y abuelas en las farmacias, teniendo que elegir qué medicamento de los recetados pueden comprar y cuáles deben dejar”, señalan los obispos, ilustrando con crudeza la realidad de muchos jubilados.
Asimismo, denuncian que “el recorte de recursos en áreas sensibles se traduce, en la práctica, en un abandono silencioso, cuando la vida de nuestros mayores se vuelve rehén de decisiones políticas que no los tienen en cuenta”.
En este sentido, el Episcopado cita palabras del papa León XIV, quien advirtió que “nuestras sociedades, en todas sus latitudes, se están acostumbrando con demasiada frecuencia a dejar que una parte tan importante y rica de su tejido sea marginada y olvidada”.
El mensaje está firmado por el presidente de la CEA, monseñor Marcelo Colombo (arzobispo de Mendoza); los vicepresidentes, el cardenal Ángel Rossi SJ (arzobispo de Córdoba) y monseñor César Daniel Fernández (obispo de Jujuy); y el secretario general, monseñor Raúl Pizarro (obispo auxiliar de San Isidro).
La Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores fue instituida por el papa Francisco con el objetivo de honrar la vida, la fe y la historia de quienes, con su experiencia, siguen enriqueciendo a las nuevas generaciones.
En el marco de la 5ª Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores instituida por el Papa Francisco para honrar la vida, la fe y la historia de los abuelos y de las personas mayores, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina en representación de todos los obispos del país quiere agradecer a Dios el testimonio, la entrega y la presencia de tantos adultos mayores en la vida de la sociedad argentina y de nuestras comunidades en particular.
En las parroquias, en los grupos de Cáritas, en la catequesis, en los espacios de oración y servicio, y en las familias, su presencia sostiene y enriquece la vida de la fe y la fraternidad. Como ha señalado el Papa León XIV en su mensaje para esta jornada: «¡Cuán a menudo nuestros abuelos han sido para nosotros ejemplo de fe y devoción, de virtudes cívicas y compromiso social, de memoria y perseverancia en las pruebas!»
También aprovechamos esta jornada para dar gracias por tantos sacerdotes mayores que siguen sirviendo con generosidad: celebrando la Eucaristía, acompañando comunidades y ofreciendo consuelo espiritual. Son memoria viva y esperanza para el pueblo de Dios.
Al mismo tiempo, no podemos callar ante el dolor que atraviesan muchos adultos mayores y abuelos en nuestro país. Aun habiendo trabajado toda la vida, en muchos casos dependen de sus familias para subsistir. Nos duelen esas escenas cotidianas de abuelos y abuelas en las farmacias, teniendo que elegir qué medicamento de los recetados pueden comprar y cuáles deben dejar.
El recorte de recursos en áreas sensibles se traduce, en la práctica, en un abandono silencioso, cuando la vida de nuestros mayores se vuelve rehén de decisiones políticas que no los tienen en cuenta. En palabras del Papa León XIV: «nuestras sociedades, en todas sus latitudes, se están acostumbrando con demasiada frecuencia a dejar que una parte tan importante y rica de su tejido sea marginada y olvidada».
Que los santos Joaquín y Ana, abuelos de Jesús, intercedan por nuestro pueblo, para que construyamos una Argentina donde cada adulto mayor sea cuidado, valorado y amado como un verdadero tesoro.