El arte como herramienta educativa: el Instituto Madre de la Misericordia prepara un musical para toda la comunidad


El arte tiene un poder transformador que va más allá de la simple enseñanza: educa, forma y descubre talentos. Así lo demuestra el Instituto Madre de la Misericordia, que se prepara para presentar una obra musical que involucra a estudiantes, docentes y exalumnos, combinando música, actuación, danza y escenografía.

Antonella Bernal y Facundo Fariña, parte del equipo artístico, contaron en Radio Tupambaé que el proyecto comenzó a gestarse a principios de este año como un taller de teatro musical, impulsado por César Daniel Bernal, director de la obra. La iniciativa contó con el apoyo de la dirección de la escuela, que buscaba abrir nuevas puertas a los alumnos y potenciar la creatividad y el trabajo en equipo.

“Este proyecto no solo educa, sino que permite formar chicos y chicas con criterio y valores, enseñándoles a trabajar en conjunto y a descubrir talentos que quizá de otra manera no se hubieran considerado”, destacó uno de los docentes involucrados.

 

La obra elegida es una adaptación musical de Blanca Nieves, basada en los cuentos de Jacob Grimm y Wilhelm Grimm (los “Hermanos Grimm”), que incorpora un enfoque pedagógico con la colaboración de psicopedagogas y psicólogos de la institución. La producción forma parte de los festejos por los 65 años del colegio y sigue la línea de proyectos anteriores como El Principito y La Bella y la Bestia, que ya demostraron el alcance del trabajo artístico escolar.

El proceso de creación incluyó talleres de canto, teatro y movimiento, así como la enseñanza de aspectos técnicos como iluminación y manejo del escenario. La participación de docentes no actores en roles principales, como la profesora de inglés Ana María Parra o el maestro Bruno, permitió un intercambio enriquecedor entre generaciones y disciplinas.

Antonella Bernal, quien debutó a los 12 años en el Instituto Montoya y ha participado en varias producciones, subraya la importancia de esta experiencia: “Trabajar con niños es muy distinto a hacerlo con adultos. Ellos te enseñan, te motivan y al mismo tiempo aprenden sobre disciplina y trabajo en equipo. La adrenalina de subirse al escenario es algo que compartimos todos, y eso genera un vínculo muy especial”.

El musical contará con 24 alumnos en escena, más el equipo docente, y se presentará en cuatro funciones los días 13 y 14 de noviembre en el Instituto Montoya. Las entradas están a la venta en la sede del colegio, con un precio de 7.000 pesos, accesible para que toda la familia pueda disfrutar de la experiencia teatral.

“Lo que vemos en escena es solo la punta del iceberg. Detrás hay un gran trabajo de preparación, escenografía, vestuario y coordinación. Cada integrante aporta algo único y es así como se logra un espectáculo completo que transmite valores y emociones”, afirmó Facundo Fariña.

Este proyecto demuestra cómo la educación artística no solo potencia habilidades técnicas, sino que también construye comunidad, fomenta la creatividad y permite que los chicos vivan experiencias que podrían marcar sus vidas. Como concluye Antonella Bernal: “El arte no se tiene que perder; es una forma de vivir y de enseñar que deja huella”.